sábado, 30 de enero de 2010

BOCA QUE NUNCA INVADIO

 

Boca que nunca invadió
un sueño,
sostenida en el ruido de la astucia
del cielo o del infierno,
que introdujo su asedio y se detuvo
en la sangre de mis comisuras antes secas,
reveladas como huellas de una búsqueda
en las fronteras de cuerpos perdedores.

Las citas tras el beso mutan 

de la conciencia sin suelo en forma
de refugios
como un río sin respuestas
que no olvido.
Sé que aquí
cualquier momento
con las escenas al borde del pulido estaño
esconde rotos reflejos
de las apariciones que nos recorrieron
hombros, salinas, pelo,
como nubes flacas,
y contra ellas los vientos de lugares
que estaban locos.
 
No vuelvas,
tu sonido hambriento
sigue pasando entre nosotros
saltando lo informe,
la persuasión innecesaria
de nuestros espíritus sin brazos,
sin astros donde alojar los umbrales culpables.
Tu enigma es frágil cargo,
llamadas desde límites arbolados donde
nunca existes o existes inhalando la espesura
como antes lanzabas tu mar de burbujas afiladas
cuando te amaba adherido a tu arena profunda. 
 

No vuelvas.
Los gestos encerrados permanecen para siempre
sobre nuestro calor que ahora pertenece a las cuerdas
de la roca,
cayendo,
cayendo como raíces infinitas en la carne
de su propia penumbra.




1 comentario:

  1. Imposible leer y releer sin que se apriete algo en mi pecho...corazon creo que le llaman...apasionadas letras que sacaron a la luz mis recuerdos...aquellos gestos encerrados que permanecen para siempre...perfecto.
    Besos, ahora que te encontré...no podré parar de leer..

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