Suelo extraviar
pequeñas sensaciones en la noche
más allá del deseo absoluto de los recuerdos
que giran impasibles en su enfrentamiento
con una voz que vuelve fiel como un acorde interno.
No existe ningún vínculo de gastada
ferocidad entre cuerpos que se mezclan en una frontera gris
y lo que queda son tendencias de reconocimiento, escenas
de manos abasteciendo al aire nocturno de placer,
las huellas hechas islas sobre espejos oscuros,
la visión del vacío, el color de la nada,
su rostro entramado en el rojo profundo,
sus labios rozando lo invisible.