sábado, 27 de diciembre de 2014

MUJER DE LA MARIPOSA NEGRA



He viajado contigo,
mujer, 
por donde nunca había pasado.
Entre teas que parecían muslos en llamas,
bajo estrellas innombrables que mordían
la oscuridad con sus luces muertas.
Te siento mía
y no quiero abrir los ojos.
Aferrado a las rejas de tus dedos.
Envuelto por una membrana
húmeda y tibia como las lágrimas.
Tu pulso late alrededor, recorre
mi espalda desnuda empapándome
de un amor que no puedo comprender.

Todo se transforma 
cuando los sueños de piedra vuelven para reventar
mi nuca.
Las olas parecen ángeles caídos
y la luna una olla donde hierven sangre.
Pero sigo bebiendo de ti.
Aunque en la habitación solo me acompañen espectros
con hoces para cosechar recuerdos.

Sé que tus palabras perdidas quieren venir
y besarme.
Pero no lo harán.
Conozco solo algunos de tus secretos
y no son los más importantes,
esos que esperan mis labios tan vacíos 
como cisternas de fondos infinitos.

Vístete otra vez
con la seda de la mariposa negra
y vuelve aunque no puedas tocarme.
Aunque no te pegues a mi vientre como una hoja mojada.
Acompáñame a dar un paseo por la playa.
O al mercado.
O al bar de espejos siniestros.  
Yo vivo 
en tu sombra, en las alas negras
que amontonan tus pensamientos.
Allí nadie me reconoce.
Te miro a los ojos
hasta que apagas la luz
y mi cuerpo se convierte 
en minúsculas hormigas
que golpean la nada.

La Manga, 27 de diciembre de 2014.