domingo, 12 de febrero de 2012

LA MARIPOSA NEGRA: LA VISION (1)


Los tonos vibrantes de la música electrónica saltaron en el silencio como un gemido de ultratumba. El equipo de alta fidelidad conectado al Ipod había pasado de las notas de Rachmaninov al ritmo sensual del Deep House.  Me encontraba inmerso en una sensación de aturdimiento y derrota desde que Rima, de modo tan inexplicable como abrupto, había abandonado mi casa.
Aunque no recordaba haber apagado la luz, la penumbra dominaba la habitación salvo por las tímidas agujas de fuego que todavía aupaban algunas velas. Un zumbido restalló tenaz en mi cabeza. Entreabrí los ojos, alertado por un fulgor que penetraba en mis párpados. A mi alrededor, miles de puntos fosforescentes iniciaron una danza. La oscuridad ardiente y el chirrido que retumbaba en mi cerebro cesaron de golpe y, enseguida, intuí la compañía de una sigilosa aparición. En la terraza, la emanación nocturna de una silueta adquiría un contorno femenino, cubierto por enlutadas gasas que sólo consentían mostrar la claridad turbadora de unos ojos azulados y algunos bucles de nebuloso cabello rubio. Intenté incorporarme, pero me sentí presa de una laxitud insalvable, de una parálisis singularmente dulce y serena. La visión traspasó el umbral de las cristaleras y se situó frente a mí. Parte del velo que ocultaba su rostro resbaló y pude distinguir cómo sus labios  comenzaban a separarse hasta que desplegaron dos palabras: “Ismabalak, ¿recuerdas?”.
La voz. De nuevo, brotando con la inflexión del onírico mensaje que aún me obsesionaba después de varios meses.
La voz.  Esperada, reconocida, resurgiendo desde los abismos de una memoria primitiva. 

Fue la llamarada de una estrella rozando la tierra y la revelación de un testimonio plagado de escenas que alumbraban a hombres enfundados en armaduras, blandiendo la cólera sin límite de sus espadas mientras ascendían la rampa que conducía a la entrada de un templo. Se decía que la construcción era una réplica, en dimensiones reducidas, de otro templo levantado cerca de Uruk, ciudad de la antigua Sumeria desaparecida hacía muchos siglos. Pero, a diferencia del gran templo mesopotámico, este edificio sagrado era casi desconocido, no se sabía de dios o dioses a los que estuviese dedicado, y las sucesivas religiones imperantes en la región habían respetado su existencia.
 A través de las puertas forzadas, el sol de un desierto remoto invadió la cámara interior haciendo brillar los mosaicos color índigo. No avistamos altares ni estatuas, pero las paredes estaban decoradas con signos de un lenguaje oscuro y con esbeltos relieves que parecían representar constelaciones ignotas o, acaso, perfiles de insectos gigantescos y translúcidos. Un puñado de sacerdotisas, arropadas en sus túnicas negras, permanecían inmóviles, sumidas en arcanos ritos ofrendados a una fuerza primigenia, a un estado donde el tiempo, el universo, los ángeles y las criaturas materiales eran todavía el sueño de Dios.
 Los guerreros avanzaban ondeando sus vestidos blancos, mancillados de salpicaduras y coágulos de sangre reseca, que cobraban la apariencia de mortajas anunciadoras de una muerte segura. Yo era uno de aquellos instrumentos de la aniquilación. Mi nombre era Richard, y en mi escudo, junto a una larga cruz de extremos en punta de lanza, destacaba el emblema de mi linaje: la mitad de una rosa blanca. Ebrios por el fanatismo, no pensábamos en el horror  de la matanza inminente, sin combate, sin honor. Donde sólo había una comunidad de doncellas devotas de un culto inofensivo en armonía con los elementos de la naturaleza, percibíamos, inmersos en la superstición y el adoctrinamiento infundidos por nuestros maestros religiosos, una horda de temibles y maléficas encarnaciones demoníacas entregadas a los rituales más abyectos y brutales.
 Entonces, la descubrí: la misma mujer cuya etérea silueta  se manifestaba a través de mis sueños se hallaba recostada en una columna bajo el chisporroteo agónico de una antorcha. Su mirada se fundió con la mía transmitiendo compasión y paz ante su final, en lugar del odio y la malignidad que habría esperado recibir.  “Mátame rápido, soldado”, dijo en una lengua que acerté a comprender. Me desprendí del amplio escudo, aferré  con las dos manos la empuñadura forrada de cuero y balanceé  la espada, disipando las tinieblas de un imaginario hechizo. Sostuve con tensión el peso de la hoja letal en alto, dispuesta para cercenar de un tajo el cuello pálido y virginal que se insinuaba bajo el velo. Sin embargo, descendí el arma hasta que el filo tocó el suelo de piedra caliza, y extendí mis dedos enguantados hacia la cascada  dorada de sus cabellos. La sensación de una fuerza íntima, pura, hermanada a la savia de mi propia alma, traspasó el metal del guantelete.

En mi habitación, la aparición persistía, estática, entre mundos. ¿Cuánto tiempo estaba transcurriendo? ¿Segundos, horas, vidas? Su mirada destapaba un hospicio de búsquedas ocultas, de sentimientos que habían perdurado dormidos por ciclos y en ese momento estallaban.
Los recuerdos rescatados desde torres olvidadas donde habían yacido los corazones de los amantes me hirieron de nuevo.

El olor de la sangre, los gritos de las víctimas, secos como cristales despeñados, el sudor que emanaba de aquella caldera homicida, nos circundaban. Ella, abandonada ya al péndulo inmediato de la muerte, se inclinó hacia delante contemplando mis brazos caídos y se desplomó semiinconsciente sobre el peto que protegía mi pecho. Al instante, supe que su salvación sería mi salvación, que los granos de aquel acto me sacudirían por toda la eternidad, si acaso fuera cierto que existía algo detrás de las tierras oscuras.
La tropa se percató pronto de que las mujeres no se transmutaban en entes del Averno, ni respondían a sus agresiones con ninguna suerte de encantamientos. Si se trataba de brujas –pensaron–, sus sortilegios habrían quedado petrificados ante el poder de su fe y, ahora, en su forma simplemente humana, se les antojaban harto seductoras. Los impulsos criminales quedaron postergados y una ola de lascivia les poseyó. Mis compañeros de armas desfilaron rozándome y soltando risotadas que sonaban henchidas de dominio y concupiscencia. Disimulé, para ganar tiempo, rasgando la tela de mi sacerdotisa, y al quedar su hombro desnudo advertí un tatuaje que simbolizaba una extraña mariposa negra.  Envainé la espada, recogí mi escudo y, con rapidez, resguardé aquel cuerpo exánime estrechándolo contra mi torso.
 Poco a poco nos fuimos deslizando entre las vetas del caos, la orgía y la masacre hasta alcanzar el exterior del templo. Sin ser sorprendidos, la acomodé sobre la montura de mi caballo y, sujetándola con firmeza, dejamos atrás las guadañas, sumergidos en los reflejos de la arena que nos abría la orilla de un cáliz infinito donde el amor nunca expira.

“¿Recuerdas, Ismabalak?” -volvió a repetir la aparición en mi apartamento, con su tono ahora tan familiar.





Me puede volver loco, pero loco, esta versión deep house del tema Rain Down Love. Mmmm, para bailar a oscuras, sólo la luz de la luna y una dulce compañía.
 

35 comentarios:

  1. Un texto cargado de metáforas, la belleza de lo disonante.Un texto enigmático.Me gusta.Un abrazo

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  2. Todos tus escritos llevan tu sello, de verdad Inti, son inconfundibles,esta visto que todos tenemos una forma de plasmar nuestros sentimientos y lo que percibimos lo coloreamos de diferente forma, sigue con la tuya no cambies, es genial...Te mando mis alas con un beso...Que tengas una excelente semana

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  3. Deslizarse entre las vetas del caos... sumergirse en los reflejos de la arena... me encanta tu manera de transmitir.

    Un beso.

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  4. Me gustan mucho las historias con tintes antiguos, de antiguas civilizaciones, ritos, ceremonias, y antiguas religiones...
    Este además tiene algo que siempre me ha gustado también: un templo antiguo, un zigurat o torre tal y como eran los antiguos templos inspirados en el primitivo terraplén o colina del cual se dice que se creó el universo o como un puente o nexo de unión entre el cielo y la Tierra.
    Los sumerios los concibieron como una eje cósmico, que ellos pensaban unificaba verticalmente el cielo y la tierra, y entre la tierra y el mundo subterráneo, así como un enlace horizontal entre las diferentes tierras. Siete niveles representan los siete cielos o planos de la existencia, los siete planetas, los siete metales, cada uno de ellos asociado a su color correspondiente.
    A qué elemento corresponde el índigo?
    El color índigo es un color que se cataloga como el color de la nueva inteligencia de la nueva era. Es un color que se relaciona con la mente y con la psíquis.
    Precioso el tema de este texto JM, muy bien escritos los dos tempos el del presente y el antiguo del ¿¿recuerdo??,
    Esta unión entre dos mundos, el subterráneo y el terrenal me recuerda a mi último poema, no?
    todo gira Altacasa (Torre o Zigurat??)
    Un beso, me ha encantado este.
    ana

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  5. Hola Inti!!

    Tienes razón,no eres de piedra,y así lo demuestras en tu historia,enigmática,sensual,en tus recuerdos y llena de vida en la forma de contarla,por cierto esa música,la bailaría contigo ahora mismo,jaja,a pesar de estar amaneciendo,la hora perfecta,entre el sueño y la realidad,como tú mismo,te pierdes...te abandonas en recuerdos desérticos,entre templos y misteriosas damas de lo oscuro.

    Quién te habla??alguien real o es tu subconsciente??

    Un fuerte abrazo,mi caballero andante!!!!

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  6. ¿Bailamos señor de la oscuridad?Mi beso eterno ya sabes....delicioso tema.

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  7. Nadie puede negar tú enigmatica manera de escribir. La cuall nos transportas a tus sueños como si fueran nuestros. Besos.

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  8. ¡Que peligro tienes chaval! Eras un soldado que cortabas cabezas de sacerdotisas…
    Ismabalak te cautivó y la has salvado, esta agradecida y no te ha olvidado, por eso te visita… ¡No sé, tal vez en esta vida Ismabalak, sea Rima! O al menos alguien relacionado con ella y contigo.
    Bueno, yo bailo. ¡Pero no me pises, eh!

    Besitos.

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  9. Ufff muy intenso!!!
    me ha encantado. También bailo :).
    Un beso

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  10. Pepi, gracias por tu viaje a esta página, si te gusta lo enigmático, el misterio que acompaña a nuestros pasos en la vida, te encontrarás a gusto entre mis palabras.
    Besos.

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  11. Carmen, tienes mucha razón, cada uno de los que vertimos nuestros sentimientos a través de las palabras tenemos un estilo propio, una marca de clase, diría yo, aunque a unos se les nota más que a otros. Yo tengo mi estilo y lamento que en él se vea a veces demasiada oscuridad, pero también pongo luz y calor de mi corazón.
    Besazo.

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  12. María, me encanta ver que te detienes en los desvaríos de algunas palabras mías, pero no sé si eso es escribir bien o todo lo contrario, alguien podría acusarme de abusar de la prosa poética, todo depende.
    Besos.

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  13. Ana, tus comentarios expresan muchas veces no sólo mis ideas y sentimientos al escribir sino que van más allá. Y lo que más me sorprende es ver tu manera de tirar de los hilos de mis símbolos, esos que a menudo voy dejando entre párrafo y párrafo.
    A mí también me fascinan las civilizaciones antiguas y de modo especial Mesopotamia. El zigurat es un símbolo de unión, es el ser humano situado entre el inframundo y los cielos; representa también al alma humana, mitad de ángel, mitad de demonio.
    El índigo o añil pero tirando a veces más a violeta (como mi página) es un color que ayuda a vencer el temor de los que se adentran en la oscuridad.
    En efecto, el texto de esta entrada se sitúa entre el presente y el pasado. La voz proviene de una visión, es una voz que aparece otras veces en sueños. Es una mujer que aún no conoce el protagonista, es la mariposa negra, aunque sí que estuvieron juntos muchas veces en el pasado, en vidas pasadas. En esencia, este tema viene a hablar de la reencarnación y del amor que nunca desaparece.

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  14. Estrella,
    en esta entrada el protagonista se queda dormido después de la visita de Rima y tiene un sueño, aunque él piensa que está ante una visión de una mujer misteriosa. La mujer es la auténtica Mariposa Negra, alguien a quien ha amado a través de muchas vidas. La voz le pregunta si recuerda tiempos muy pasados y luego pasa a una escena donde unos cruzados irrumpen en un templo perdido en el desierto. El cruzado y la sacerdotisa volverán a encontrarse de nuevo en esta vida, sus almas se pertenecen una a otra.
    Me permití esta fantasía romántica en este capítulo de la mariposa negra. Es un homenaje al mundo de los sueños y al amor que vuelve de la muerte, dos temas muy recurrentes en mis escritos.
    Gracias por el baile. Con luna llena mejor todavía.
    Besos que te lleguen hasta tus madrugadas.

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  15. Morgana, contigo bailo hasta en el borde de un precipicio. Ah, pero no me saques a bailar regetón, que no es una de mis habilidades, qué le vamos a hacer.

    Montón de besos.

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  16. PIENSO QUE ES CIERTO QUE NOS BUSCAMOS, CUANDO CONECTAS CON ALGUIEN DE FORMA MUY ESPECIAL ES POR QUE ES UN SENTIMIENTO QUE VIENE DE ATRAS, SIN QUERERLO LO BUSCAS EN OTRAS PERSONAS,NO LLEGAS A ENCONTRAR LA FELICIDAD HASTA QUE NO DAS CON ESE SER QUE TAMBIEN TE BUSCA, TODO INCONSCIENTE, ESE ES EL PROBLEMA.
    UN BESAZO
    MARIAN

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  17. Hola Inti!!
    Gracias a ti por la explicación,es que a veces me pierdo,pero ahora si lo entiendo,dos almas que vuelven del pasado,para unirse en el presente,sueño y realidad dándose la mano en la noche.

    Por cierto,gracias por el baile,al amanecer,fue muy romántico y...he subido una fotografía de la luna,de las que te dije que hice,no es de las buenas,pero te puedes hacer una idea,de lo hermosa que estaba,como tú me dijiste.

    Gracias Inti,por tus palabras,siempre acogedoras!!
    Un abrazo!!

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  18. Un homenaje al mundo de los sueños que nos transporta a la Luz y a la oscuridad ....

    Gracias por compartir tus fantasías y gracias por lo de la foto :)

    Al Tío un beso y al sobrino un abrazo
    con cariño , me encantaria bailar a la Luz de la Luna con el sobrino

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  19. No me gusta el regetón...noooooooo.PREFIERO OTRO TIPO DE BAILES.
    ALMAS QUE SE ENCUENTRAN TRAS TIEMPOS DE AUSENCIA.
    Y VOLVERÁN A HACERLO UNA Y MIL VECES HASTA QUE ESTÉN UNIDAS PARA SIEMPRE.
    BESOS.

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  20. Hola mi querido amigo! Si esta historia fuese libro, de seguro ya lo tendría!
    Está de más decirte lo que me atrapa este estilo de lectura y lo atractivo que resulta acercarse al tema de vidas pasadas o "vividas"
    Muy buena la publicación, te felicito!
    Antes de perder la cordura bailando el tema del video, espero escribas otro capítulo, mil abrazos, abrazos mil!

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  21. Night, me gusta que el amor lleve añadido su dosis de misterio, que la pasión se esconda en un pizca de oscuridad sensual.
    Besos.

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  22. Campoazul, así es, una cadena vidas, un nexo de amor continuo, interminable... desde un tiempo remoto en Ismabalak, tal y como lo sueño. En los relatos esa mujer de la visión no será Rima, la mujer de la mariposa negra será otra. Todo el mundo hace su papel.
    Y descuida que no te piso, que ya sé que no hace gracia que te pongan ochenta kilos encima del pie, digo yo. A menos, claro, que me pongas a bailar regetón y similares, que no va conmigo.
    Besazos.

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  23. Reina, y tú que lo disfrutes, corazón.
    Besos.

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  24. Marian, esa es exactamente la sensación que tengo yo de lo que debe de ser un amor profundo.
    Besotes.

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  25. Estrella, ¡¡¡una foto preciosa!!!, algún día tienes que hacer una del Mar Menor al atardecer, son de infarto, de infarto del bueno.

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  26. Mor, coincidimos también en gustos de bailes.

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  27. Cristina, no temas, que todavía no he perdido la cordura, al menos del todo, ja, ja. Pero de verdad que me gusta un buen tema lentorro de deep house o de lounge para bailar.
    La "Mariposa Negra" tiene muchas cosas de mi vida, mezclados (es obvio) con mucha fantasía también. En ese sentido es como una novela, un novelón diría yo.
    Besos.

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  28. Ecos da alma... Do passado para o presente.
    Um texto rico abordando o mundo dos arquetípicos para se referir a estruturas inatas que servem de matriz para a expressão e desenvolvimento da psique.
    Lindo

    Beijos

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  29. ¡¡Que no, que no!! Que no te pongo a bailar el requetón. ¿Prefieres bailes de salón...? ¿O tal vez algo mas tranquilito...? Yo lo digo por no arriesgar un pie ¿Cual de los dos? Es que si repartes 40 para cada uno ya seria otra cosa... ¡¡es que 80 kilos para uno solo me parece excesivo!! :):)

    Más besitos.

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  30. Guimel, mi último post conecta mucho con las ideas que a menudo comentas en tu página, por eso sabía que si leías este relato te iba a gustar.
    A viagem da alma.
    Besos.

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  31. Campoazul, la verdad es que hace muchísimo tiempo que no me peso. No estoy gordo, nunca lo he estado, diría que estoy razonablemente en forma, ja, ja, pero creo que mi peso andará por ahí, por los 80 Kgs, pero no temas que no me subiré encima de un solo pie de los tuyos, ja, ja. Ah, tampoco me gustan los bailes de salón, me temo que soy poco clásico, me gusta para escuchar la musica electrónica y para bailar apretadito cualquier buena canción de las de toda la vida, de las que nunca pasan.
    Besitos.

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  32. almas conectadas más allá del amor o de la guerra

    seguro que el templo no fue su primer destino, a lo mejor mucho antes fueron amantes de escrituras

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  33. Ya desde pequeñita, me decían que tenia mucha fantasía,y como no me dejaban plasmarla, pues lo hago ahora, jiji...Y no se hacerlo de otra forma...Pero podría intentarlo,escribir diferente, porque todo puede cansar un poco..La monotonía y eso...Un besazo Inti y que tengas una buena semana..

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  34. Enigmaticamente misterioso muakissssssssssssss

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