miércoles, 14 de julio de 2010

OJOS DE LUZ MUERTA



(Nota del tío de JM: Este es el fragmento de una carta arrugada de mi sobrino que no llegó nunca a enviar)

            Querida S:
Aquella fue mi primera misión en Afganistán. Después habría más y sucedería lo de Raquel, pero aún recuerdo aquel primer viaje y mi retorno como envueltos en el velo perturbador de un sombrío presagio.
Cuando llegamos allí todo era polvo, polvo homicida. Respirábamos polvo, comíamos polvo, dormíamos en polvo. Aún así pensaba en aquello que tu y yo no llegamos a decirnos, aquello que preferimos hundir en el vacío de una despedida cuando no eran tiempos tan malos, cuando todavía creíamos que había esperanza para nuestros corazones.
A mi regreso, sólo hubo silencio y acercamientos indemnes, como coloquios entre fantasmas. Pasé muchas horas quieto, mirando las paredes y el suelo, como si todavía vigilara la presencia letal de los escorpiones.
Hoy vuelvo a tener, por fin, decisión para escribirte, aunque ya nada importe, aunque haya pasado demasiado tiempo, demasiadas cosas. Lo hago porque, en el borde negro en el que ahora se desliza de forma incierta mi vida, sé que tú eres la única amiga que he tenido, la única persona que me ha entregado su cariño sin condiciones.
La noche es hostil aquí en mi refugio de la playa, el viento furioso de levante y las olas como bosques oscuros surgiendo de antiguos abismos, disuaden cualquier intención de asomarse al exterior.
Enciendo velas pálidas, anaranjadas, ávidas, y dejo que fluya la enigmática música de Chillum. Ahora puedo  hablarte con libertad; con la libertad del que ha cruzado la sima de una existencia normal para adentrarse en las entrañas de una pesadilla donde nuestras máscaras cotidianas no sirven de nada
Quiero hablarte de mi ciudad, de Madrid, de las sensaciones que me produjo ese regreso a los lugares que permanecían en mi memoria como lienzos olvidados; como besos perdidos en los callejones de la madrugada.
 Sin embargo, de un modo inevitable, vuelvo a las imágenes afiladas del barranco de los Locos en el desierto afgano.
Alguien escribió que Afganistán es un desierto encolerizado. Es árido, agresivo, como cualquier desierto, pero las inmensas llanuras de arena roja se retuercen por barrancos abruptos, por precipicios acechantes y cauces como fauces secas. Además está rodeado por montes agrietados y plagados de aristas desde donde bajan fantasmagóricas tormentas sin lluvia, tormentas de relámpagos y oscuridad. Adentrarse allí significó irse despojando de toda la racionalidad que nos rodea en la ordenada civilización, profundizar en nuestro yo más primitivo, situarse, como en la novela de Conrad, en el corazón de las tinieblas. Y sin embargo, es en aquel sitio, en ese cuadro de luces vírgenes, de polvo, sangre y penumbras, donde mis sentimientos continúan atrapados.
 Encontré la pureza de las emociones más básicas, el furor de las sensaciones primitivas. Encontré la amplitud de estar próximo a la nada, la supervivencia por uno mismo sin las esferas de las leyes humanas. Todo es limpio y es cruel a la vez. Y esa crueldad de la misma existencia te hace aprender a vivir instante por instante y experimentar la necesidad de aferrarte a lo inmediato. Decirte “aún veo, aún siento dolor, aún puedo seguir andando”. Mirar a tus compañeros como partes de ti mismo, partes de las que depende también tu existencia. Algunos no volvieron nunca. Se llevaron sus cuerpos, pero el aullido de sus sombras persiste como fragmentos de la tormenta, perdurando en el desierto.
Y, entre el horror, subsiste la belleza. En  noches plagadas de estrellas que jamás había visto, volaba sobre los territorios desconocidos del subconsciente transformado en una bestia de alas rígidas y negruzcas. Allí donde las almas parecen estar también hechas de piedras y polvo rojo, descubrí los enigmáticos laberintos de una antigua cultura, la sensualidad de la poesía darsi. Descubrí el coraje real, a vida o muerte, de las mujeres afganas. Descubrí a Shaima, sus ojos violetas como el crepúsculo en las llanuras de Herat, su belleza insumisa, su valor y fuerza inagotable, su nobleza, su pasión abrasadora y fugaz como las fogatas de los nómadas. Hay seres que tienen una belleza remota, inmaterial, que inspiran paz y pureza en sus cortas existencias, como una flor prodigiosa creciendo entre dos pasos de la muerte.

Después de contarte lo anterior, quizás comprendas mejor esas vivencias en Madrid. ¿Por qué en Madrid y no en esta zona de la costa donde ahora vivo? Quizás porque aquí tengo mi refugio donde me aislé a mi regreso, donde pude continuar dando libertad a mi ser alobado y escondido, donde estoy rodeado de decenas de cosas que representan tantos viajes, recuerdos de otras intensas y libres experiencias.
Cuando he estado ausente de Madrid durante un tiempo, vuelvo con la ingenuidad del niño que nació y creció allí; camino con ojos de asombro, bebiendo sensaciones en cada esquina que me reclama a  mis raíces.
 Así que de nuevo recorrí los recovecos de mi barrio, más tarde las zonas del centro que frecuentaba cuando estaba ya en la Universidad, la cafetería donde comentábamos a Pessoa junto a un eterno café. Sin embargo, esta vez me sentía translúcido entre la muchedumbre de las calles, como si ese no fuera ya mi pasado.
Caída ya la noche, pensé en  dirigirme al Kraken, pero de modo involuntario mis pasos me habían aproximado a otro local: el Tartufo. Era un pub que no había frecuentado demasiado en los últimos años, a pesar de ser un sitio ideal para conversar con voz suave. Pero, lo que resultaba curioso de ese lugar era que cada vez que asomaba por allí solían ocurrirme sucesos poco corrientes, como si fuera un epicentro de abismos sobrenaturales. Hay una mujer, de la que no conozco nada, a quien cíclicamente encuentro allí. He preguntado y sé que no es cliente habitual. Su aparición me perturba y a la vez  incendia mi imaginación mediante una sensación de reconocimiento arcano, procedente de un pasado inasible. Es como un espectro que reaparece y me enfrenta a los filos más oscuros de mi propio espejo.
Volvió a suceder de nuevo en esta ocasión. Lo habitual era que tan sólo cruzáramos unas pocas y superficiales palabras, pero esta vez  pareció enseguida reconocer mi paso reciente por el polvo del infierno. Su mirada no era hostil, pero se diría que  brillaba con una especie de recriminación. Se acercó −con sus ojos de luz muerta, con sus ojos de sangre encendida por la nada, y su rostro hermoso, pálido, sin tiempo−, para decirme de forma escueta: “no tienes corazón”.
Podría haberlo ignorado, haber sonreído, porque decir esta clase de cosas es muy frecuente en sitios como ése, ya sabes, las tonterías, los flirteos...pero te aseguro que no, que no era así, o yo no lo sentí así. Y una irreprimible desazón persistió no sólo por las palabras sino por el aire arcano de su gesto, por sus pupilas asomando desde otras vidas. Me pareció irracional e  injusto. ¿Qué podía saber ella? Era cierto que en mi vida había demasiados poros donde se filtraba la oscuridad, pero jamás había buscado hacer daño de forma deliberada y gratuita.  
Aquella tensión comenzaba a ser desagradable. En mi imaginación, la atmósfera de ese insólito encuentro chocaba contra los dulces recuerdos de Shaima, su calor, su entrega, su fe en mí. Y en esa confusión, sólo llegue a pensar que quizás habría algo en mi interior que provocase en el remoto subconsciente de ciertas personas la sensación de aproximarse a una membrana húmeda y siniestra; mientras que a otros, transmitiría las vibraciones de un tipo tranquilo y llano  que juega entre sus dedos con secretos que no comprende.

Tuvo que pasar todavía bastante tiempo antes de que el Libro de los Sollozos entrara en mi vida y me viese involucrado en la trama de la Mariposa Negra. Entonces comprendí el significado de “no tienes corazón”. Pero ya estoy hablando de otra persona.

16 comentarios:

  1. Te caló hondo tu tiempo vivido en Afganistán.La belleza salvaje de su desierto,la fortaleza del Sol abrasador y la belleza de ella...esos recuerdos que te persiguen y de los cuales no puedes librarte por mucho que lo intentes.
    Por eso ella está ahí ,quizás para recordarte hechos doloroso que quieres olvidar.
    Un beso enorme a tu alma Intimista.
    Hasta pronto.

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  2. Creo que hay mucho temor por enfrentar, para luego lograr superarlo.
    Esta la fiel marca del dolor. de la herida aún no cicatrizada.
    Para liberarte de lo que tanto daño te ha causado, debes primero lograr ver tu imagen frente al espejo y sin pasado fijar la vista en lo q HOY ves.No es simple, pero tampoco imposible; y x lo vivido debo asegurarte q es la única forma que encontré para continuar y no retroceder en el tiempo.
    Un fuerte abrazo lleno de mi cariño y admiración por ti.

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  3. Deja liberar esos pensamientos y recuerdos dolorosos y vive con el alma plena...
    Besos de nuevo.

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  4. Interesante este flashback, a modo de carta no enviada que nos habla del abismo en el que se encuentra tu sobrino antes de la trama de la mariposa negra.

    Hay vivencias que dejan una huella indeleble, magnífica la narración.

    Besos y besos.

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  5. Mor,no se trata de luchar, no se trata de vivir. Esos recuerdos forman parte de mí y a nadie hacen daño. Pero algo sí ha cambiado, ¿no estoy aquí escribiendo, comunicándome, abriéndome a otras personas? No soy un solitario, dentro de mí soy un solitario, pero tengo mi vida social y familiar, como todos.
    Gracias por preocuparte por mí, no estoy demasiado acostumbrado a ello.
    Besos.

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  6. Respi, no te apures. déjame que simplemente escriba, bromee, disfrute de una compañía como la tuya, y de todo haga una mezcla de realidad y de sueños. Vivo y me comunico. A veces me quedo pensando que nunca conocerá a mucha gente que me gustaría tener cerca. Pero, todo está bien. Leo y aprendo.
    Besos.

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  7. Paloma, ya ves que mi tío sigue revolviendo en los cajones y en el ordenador de mi casa de Madrid y poniendo en el blog todo lo que se le antoja. La realidad, la ficción, los sueños y los recuerdos, se mezclan en esos papeles.
    Me siento contento de que por lo menos sirvan para entretener un poco.
    Gracias por tus palabras, siempre me dan ánimos.
    Muchos besos.

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  8. Los momentos dolorosos son los que mas se recuerdan y difícil, muy difícil superarlos.
    El caso es que sabemos que hacen daño y aún así volvemos a ellos una y otra vez.
    Elintimista, no diga que no estas acostumbrado a abrirle, cuando lo haces cada vez que escribes, todos lo hacemos con nuestros pensamientos y sentimientos, aunque les pongamos otros nombres u otros rostros.
    Por cierto, no le llegó la plancha a tu tio?
    Espero que si, y que después de dejar los papeles bien aplastaditos , los guarde en el baúl de los recuerdos. Con mis arrugas la plancha hizo maravillas... jajaja
    Un biquiño en comisura de labios.

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  9. Intimista,todos tenemos pensamientos que no hacen daño a nadie más que a nosotros mismos.Por supuesto que escribiendo sueltas mucho de tu interior y no dudo que seas un solitario.Quizás interpreté mal tu relato.
    En cuanto a lo de preocuparme por tí,debes irte acostumbrando,es mi manera de ser y siempre me entristece que personas a las que aprecio,se sientan mal.
    Un beso enorme y hasta pronto.

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  10. Encontré la amplitud de estar próximo a la nada, la supervivencia por uno mismo sin las esferas de las leyes humanas. Todo es limpio y es cruel a la vez. Y esa crueldad de la misma existencia te hace aprender a vivir instante por instante y experimentar la necesidad de aferrarte a lo inmediato. Decirte “aún veo, aún siento dolor, aún puedo seguir andando”.


    Con estas palabras me doy cuenta que tienes mucho Corazon .....


    Gracias por tus palabras en mi Blogg , solo un Corazon como el tuyo las podria decir.....

    Mi Ciudad aun entre la destruccion
    pero con mucha fortaleza de toda la gente saldremos adelante

    Es aqui cuando las Mariposas me llevan hacia la Luz cuando todo lo veo Oscuro

    Besos

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  11. Sapis llegue, estaba recluida en el castillo, a veces me da por recluirme. Soy un poquitin solitaria; pero eso lo dejo para cuando escriba mis confesiones. Este es tu espacio.
    Que sucedio? Digo por los comentarios de las amigas que te brindaban consuelo. No!! eh!! ojito!! que te hago cosquillas, y no paro, te voy a hacer llorar (pero de risa).
    Una carta hermosa, conmovedora, con mezcla de tristeza y positividad, como la inentendible vida misma.
    Triste: lo obvio, las atrocidades de la guerra.
    Positivo: el que te hayas animado a escribir estas líneas a S, el que saques todo esos sentimientos y vivencias afuera, es catártico. Bravo!!!!
    El poder inigualable de la sublimación. Es genial, hago uso de ella, a menudo.
    Que estas adoptando el estilo Kamikase mio, ya sabes jaja, digo y largo sin red, lo que siento, mientras no haga daño a nadie.
    Y esa de los ojos rojos bbbrrr, que fulera (fea), como me haces dar cuiki (miedito). Esa no sabe un comino. Si tu eres Corazón con patitas. Si se me aparece se lo canto, sin red.
    Ahora es mi turno:
    Acercáte: Un abrazo fuerte, y muahh con mi espíritu sobre esas heridas del pasado y sobre los soles de hoy.

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  12. Hola, Intimista!

    El relato es excelente, me sostuvo pegada a él todo el rato.
    Me gusta eso, me gusta sentir que quiero seguir leyendo, aprendiendo de la lectura que refleja amplitud de conocimiento de muchas cosas y del ser humano y sus emociones, cultura, etc...Es súper interesante leerte, mi querido amigo intismista.

    (Hoy he asomado la cabezota, pero seguiré de descanso un para de días más. Que el que descanse no significa que permanezca sin conectarme todo el rato que esté de descanso).

    Sigo, estas son las palabras que me llamaron más la atención, hubo más de ellas, pero estas las anoté en el papel precisamente por las cosquillitas que me hicieron al leerlas: "Corazón de tinieblas" ( me vi dibujada en ellas, pues son las tinieblas la casa que más visito y con la que peleo para que salga la paz de lo que escribo y no las mías de tinieblas que a veces son muy guerrreras, pues son muy oscuras; y así te lo digo, sin vergúenza alguna de que la gente se entere que puedo caer en el más electrizante infierno interno).

    Y este trocito también:"Profundizar en nuestro yo más primitivo". Por este trocito es que me he referido a lo del conocimiento del ser humano y sus emociones. ¡Te felicito por este y todos tus relatos, pero por este más!

    Muchas gracias por compartirlos, Intimista.

    Un fuerte abrazo,

    Yo

    Ps: ya nos seguiremos leyendo!!

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  13. Gracias, Mor.
    Un beso grande también para ti.

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  14. Patricia, cuando estaba escribiendo este texto y volvía a traer a mis pensamientos escenas de desolación me acordé de lo que estáis pasando en tu tierra. Sé que os sobra coraje y fuerza para recuperaros. Con mis palabras en tu blog sólo pretendía acompañarte lo que pudiera; que, al menos, supieses que estoy contigo en estos momentos.
    Me alegro de que tuvieras tiempo para recorrer mis palabras, así te serviría también para relajarte un poco.
    Es un texto muy personal, casi como una confesión, ja, ja. No, en serio, dice muchas cosas reales de mí.
    Gracias por haber podido acercarte.
    Un abrazo fuerte y muchos besos.

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  15. Hola, princesita, perdón por esta pequeña ausencia, pero hace un tiempo tan estupendo y el mar está tan transparente que me he pasado todo el tiempo libre en la playa. Eso sí, sin dejar de acordarme de tu nueva imagen de seductoras piernas con mallas, no sé si son de bailarina o son las medias de Campanilla cuando revoloteaba alrededor de Peter Pan, y lo digo por ponerme yo al menos el gorro de Peter Pan si es que vas a hacerme cosquillas en la nariz.
    El texto, ya lo has interpretado tú muy bien, es verdad que esta especie de confesiones son como una catarsis y sirven para expulsar los demonios, las oscuridades que lleva uno dentro. Cosas malas que suceden en la vida y que se cuelan en tu interior y no hay manera de echarlas, pufff, pero lo mejor es ser positivo, pensar que existen cosas bellas y personas maravillosas. Es un poco como un cuento de hadas, pero sí, no hay nada malo en soñar con esos cuentos.
    Ah, qué bien me ha sentado tu abrazo. Desde luego, tus mimos tienen algo de mágico.
    Pues, allá va un besito, que si no es mágico sí que lleva mucho, mucho, cariño.

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  16. Andri, qué feliz me ha hecho que encontrases un huequecito en tu descanso para dejarme tus palabras. Y más todavía si te ha gustado el texto. La verdad es que dice muchas cosas auténticas, condensadas, apretujadas. Por suerte o por desgracias he visto y he pasado muchas experiencias distintas, algunas muy límites, otras en sitios de lo más remoto. Eso hace que en los recuerdos se mezclen muchas sensaciones, pero con el tiempo voy consiguiendo poco a poco quedarme con lo bueno, decirme a mí mismo que en el mundo quedan muchas cosas bellas por las que luchar.
    “El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad, es uno de mis libros favoritos.
    Espero que hayas descansado un poco durante estos días. Yo, ya ves, también me he tomado un descansito para disfrutar de la playa y salir un poco por ahí.
    Besos mil.

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