martes, 20 de abril de 2010

ESPEJOS EN LA NOCHE (III DE III)


Durante varios minutos un silencio gélido se apoderó del despacho. Rosa no apartaba la mirada de la pantalla del ordenador, excepto para echar una ojeada a mi expediente y tomar alguna nota a mano. Sin darse una pausa, me dio la impresión de que abría otro documento y se puso a escribir en el teclado mientras consultaba sus notas. Por fin, presionó una tecla y la impresora expulsó un papel. Lo examinó por encima, lo firmó y lo metió en un sobre.
-    Tu expediente está ya resuelto. Y aquí tienes un papel para ti. –dijo entregándome el sobre.
-    Gracias, pero, ¿puedo saber cuál ha sido tú decisión?


Rosa se repantingó en el sillón, estiró los brazos y despejó su frente de varios rizos de cabello oscuro.
Estaba seguro de que me iba a crucificar con la mayor sanción económica que la ley le permitiera imponerme. Estaba saboreando la venganza, fría y en bandeja de plata. Pero a pesar de todo, me seguía sintiendo atraído por ella. Su mirada noble, inteligente y tierna. Sus labios como fresas maduras y húmedas. Y ese aire de involuntaria sensualidad. ..
No podía afirmar que Rosa era semejante en su aspecto físico a Raquel. Ni siquiera sus caracteres eran superponibles: Raquel me había parecido en ocasiones un libro que encerraba pasajes enigmáticos y oscuros. Por desgracia, no hubo tiempo para que llegara a recorrer esas páginas.
Sin embargo, la forma en que Rosa me miraba, su tacto, determinadas sensaciones que me resultaban imposibles de concretar, me recordaban mucho a Raquel.
Esa era la razón de que no hubiera cogido el teléfono para llamarla.
Tenía miedo.
Miedo de llegar creer que estaba enamorado de Rosa cuando, en realidad,  podría llegar a encarnar en ella el espejismo de una mujer muerta.

-    Está bien –arrancó Rosa, formal–. Te lo voy a explicar: figuran cantidades incorrectamente asignadas a la casilla 002 en lugar de la 008, con lo que se incrementa una deducción ficticia. De forma similar la casilla 014 y la 004. Todo ello, conforme al artículo 18, en varios apartados, de la Ley de Impuesto. Puede entenderse un error en la aplicación o, por el contrario, dolo en la asignación.
-    No entiendo nada Rosi, digo, doña Rosa, pero no me está sonando nada bien lo que dices.
-    Calla. Además, tu DNI está caducado.
-    Pero eso no tiene nada que ver con…
-    Calla. Y además tienes unos gustos musicales muy raros.
-    ¿Raro el house y el minimal?
-    Y hablas en sueños.
-    Ah, estás de broma. Qué susto me habías dado.
-    ¿Tú crees que estoy de broma? Para resumir, lo que decido es…
-    Espera, espera. Déjame que sea yo quien te diga ahora una cosa: no soy un canalla; tú querías estar conmigo lo mismo que yo contigo. Y no me puedes poner una cadena por eso o recriminarme que no te mandase un ramo de flores. No es nada romántico lo sé. Pero la vida es dura. Mi vida es dura. De hecho no sé bien qué provecho tiene seguir viviendo. Y, como tú decías, para resumir: me importa un bledo que me multes. Hazlo, aunque sea injusto, si así te sientes mejor. Pero añadiré una cosa más, y termino: la noche en que estuvimos juntos, no sólo te sentí de un modo especial, me sentí enamorado de ti.
-    ¿Y por qué no me contaste eso? ¿Es que temías que yo te rechazase o que me burlara?
-    No. No es eso. Me enamoré de ti porque me trajiste sensaciones que me recordaban a otra mujer. Y no quiero vivirlo de esa manera. No todavía.
-    ¿Es aquella mujer que te dejó?
-    Sí.
-    JM, ella se marchó, se fue, y yo estoy aquí.
-    No. No se ha ido. No se ha ido del todo.
-    Creo que comprendo lo que quieres expresar. Las heridas de amor necesitan tiempo para cicatrizar. Tómatelo. Y si llega un momento en que descubras lo solitario que te has vuelto, ven a buscarme. Pero no tardes demasiado, porque quizás ya no me encuentres.
-    Eres maravillosa, Rosi. Como mujer, como persona.
-    No me hagas la pelota. Sigo pensando que tenías que haberme hablado así aquella noche. Nos hubiéramos ahorrado los días de incertidumbre que yo he sufrido y el mal rato que te he hecho pasar ahora yo a ti.
-    No te preocupes por mí. He pasado por cosas peores. Y en cuanto a la multa, qué le vamos a hacer.
-    Abre el sobre.


Obedecí, rasgando el sobre con el membrete oficial de Hacienda.
-    Vete a la última línea. Justo encima de mi firma –indicó Rosa.
-    Veamos, aquí pone... ¿Qué significa esto?
-    Lee en voz alta.
-    "No sabes cómo te deseo,
  no sabes cómo te he soñado"
-    Es de la canción de Maná que cantaba aquel grupo, Los Escopetas, la noche en que nos conocimos  –dijo Rosa–. La comunicación con la resolución del expediente te la enviaré a tu domicilio fiscal. Esto es sólo un recuerdo; algo personal que quería que te llevaras. Piensa en ello como un juego, como el final de este juego, si lo prefieres de esa manera.
-    No. No quiero pensar en esas palabras como en parte de un juego. Rosi, acércate, por favor, quiero decirte algo al oído.
-    Aquí no nos escucha nadie. Estamos solos.
-    Quizás.
-    ¿Cómo que quizás? ¿Tú ves a alguien más en la habitación?


Estuve tentado de responder con franqueza a su pregunta, pero no lo hice.
-    Anda, hazme el favor.


Rosa se levantó en silencio y se aproximó hasta mi asiento. Me puse de pie y pegué mis labios a un lado de su rostro. En la piel de su cuello flotaba el olor de un perfume de Loewe que aspiré con nerviosismo.
Con un leve temblor, conseguí susurrar algunas palabras en su oído.
-    ¿Esta noche? –me preguntó Rosa en voz alta.
-    Sí. Hoy es jueves, como la otra vez –repuse yo también en voz alta.
-    Puede que mañana te arrepientas.
-    O puede que no.


La notificación de la Delegación de Hacienda sobre mi expediente tardó una semana en llegar por correo certificado. Se me comunicaba que, una vez revisada la declaración, quedaban subsanados los errores y no daba lugar a sanción alguna.
El rancio papel oficial, con la firma de Rosa a pie de página, aún desprendía un tenue aroma a su perfume.

7 comentarios:

  1. Maravilloso..estaba deseándolo,pero el miedo le tenía paralizado...y ese final..sublime..me ha encantado.
    Espero que no acabe mal...besos.
    Morgana

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  2. Intimis que valiente es JM, se debe tener valor para admitir el miedo a ser infiel al amor de un recuerdo tan adorado.
    También fue justo (aunque debería haberlo hecho antes, en fin..todos nos equivocamos) para aclararle a Rosi que lo más probable se halla enamorado, con la esperanza de encontrar en ella a Raquel, lo importante es que se lo dijo.
    La escena de que le habló al oído y no fue franco (no nos escucha nadie) me dejo miedito. Te gusta hacerme saltar del asiento Intimis NO?? me hiciste ahogar con un jugo de naranja, y se me salió una pluma culpa tuya, ahora tengo un parche más o curita (no se como le dicen allá). Ya se esta convertiendo en una terrorífica costumbre jaja, pero se que eres un poquitín oscuro y encima te gusta la música house. A los amigos se los acepta tal cual son, que voy a hacer...
    Volviendo, ya desvarie jaja, haceme volver, pellízcame...Rosi una reina y escribió esa frase de Maná que dió justo en el blanco, y encima lo perdono, que Kapa!!
    Y bueno ya terminó snif...que relato vendrá????
    "Otro más, otro más y no molesto(o molestamos, más" así te cantaría.
    Y ya te voy a escribir sobre Afganistán (muy bueno Teacher) no me olvide, y sobre porque no me viste en el Kraken (estas cieguito??)
    Besukis de princesa muuuuahhhh, no me agrada que andes saltando, te puedes quebrar una patita.

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  3. Hola, Morgana.
    Este un relato de gente corriente, de gente que, no obstante, tiene también sus páginas oscuras, sus sueños escondidos, sus secretos.
    Me gusta pensar a veces en el cuento de Borges “El jardín de los senderos que se bifurcan”. O en la teoría de la física cuántica que nos habla de universos paralelos, de multi-universos.
    En algún universo Raquel sigue viva.
    En otro universo JM tampoco sobrevivió.
    En otro, JM supera la herida oscura de su pasado y vive con Rosi.

    Gracias por venir aquí conmigo un rato.
    Besos.

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  4. Ah, Melody, mi angel-princesita, sabía que este tipo de relato iba a gustarte. Lo sabía porque a ti también te gusta en tus textos envolverte y llegar hasta el fondo de las emociones y deseos de los personajes.

    Siento que el susto te haya hecho perder una plumita. Te daré un besito y te pondré una tirita (aquí se llaman tiritas). Aunque es un susto muy pequeñito. A mi las escenas de miedo me gustan más sugerirlas que pintarlas con claridad. Me encanta describir ese tipo de sensación invisible al percatarse de la presencia de algo desconocido, invisible…ja, ja.
    Sí, te aconsejo esa página “Poems for Afghan women”. Para leer de tarde en tarde algunos de los versos escritos (en inglés) por o para mujeres afganas. Son maravillosos y terribles. Por cierto, pronto pondré en el blog un relato que se llama “La Afgana”, con otra de las aventuras de JM.
    Bueno, este sapito se va a remojarse a la charca (hoy hace calor en la costa mediterránea).
    Besos gordos como tartas.

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  5. JM,
    Es curioso como veo siempre que vengo por aquí , rastros, huellas, ruinas de un derrumbe, musgos crecidos sobre antiguas piedras, fantasmas del pasado pululando por cada unos de los posts.(es sólo una opinión)

    Si tuviera que decir una palabra que los resumiera, o dos, diría: fantasmas, y diría: melancolía.
    Y como ninguna, ni una ni otra, me gustan juntas, las separo y digo:
    "¿Y si la muerte no tiene el silencio que le asignamos desde el no saber?
    ¿Y si es precisamente tal su fragor unánime que nos impide oír a quienes quedan?”
    una cita que es de Lorenzo Oliván, paisano mío.
    y aparte también diría (para que los fantasmas se quedasen boquiabiertos durante un rato),
    porque ellos se maquillan con la melancolía y se peinan con el nacarado peine de la nostalgia como sabrás, y eso es atractivo pero peligroso.
    Con palabras de alguien más:


    John Keats:
    (Oda a la melancolía)

    No vayas al Leteo ni exprimas el morado
    acónito buscando su vino embriagador;no dejes que tu pálida frente sea besada
    por la noche, violácea uva de Proserpina.
    No hagas tu rosario con los frutos del tejo
    ni dejes que polilla o escarabajo sean
    tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
    contemple los misterios de tu honda tristeza.
    Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
    y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

    He estado un buen rato entretenida, se ve que te gusta escribir.

    Un beso, encantada de saludarte,
    ana

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  6. Sí, Ana, tienes razón. Huele así para el que sepa oler esas cosas. Huele a bosque desierto, corroído por la sangre de recuerdos oscuros. Huele a niebla, a una sensación de ausencia que no puedo llenar de ninguna otra manera. Hace unos años mandaba poesías a los foros, pero dejé de hacerlo porque cada vez los versos se parecían más a raíces retorcidas en el hielo.
    Pero dejemos eso.
    Es bueno, muy bueno, el poeta Lorenzo Oliván. Así que paisanos, ¿no? ¿De Castro Urdiales? Un lugar donde fui muy feliz durante unas semanas. Un lugar maravilloso. Y con gente estupenda.
    Y ese poema de Keats...da la casualidad de que es uno de mis favoritos, "Ode on melancholy". Hoy día no se habla ya de melancolía, se dice "tiene depresión". Y ya está. Que pida la baja. Pero la melancolía era otra clase, un vacío que no se curaba con Prozac.
    Qué hermosos versos también los del poema Hyperion:
    "Parecía que no había ninguna fuerza que lo despertara de aquel lugar;
    pero llegó una..."
    Me ha encantado que llegases hasta aquí. Y que me trajeras esos regalos tan bellos de los versos.
    Besos.

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  7. Hola,toc, toc, espero que se pueda pasar a este tu espacio.
    Empecé a leerte y me quede.
    Gracias por devolverme la visita con comentario incluido.
    Te iré leyendo, y descubriendo tus secretos.
    Sigo tu estela
    BESOS...

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