Al llegar ya no duermes
y me besas
en las ruinas llanas de mi otra vida
y lo difícil
vuelve en los tonos de las linternas
como si el roce del papel cruzara
el cautiverio de las formas.
Deseo el cuerpo que entra lento,
mecido por el riesgo del lenguaje
hasta las bóvedas del pulso,
y se insinúa en las rendijas de mis manos
y se resbala cuando subes los peldaños
de mis labios,
tan pendientes de tus pequeños misterios.
Habrá incendios
en los caminos que nunca aprendimos,
mareas en las franjas
donde se ensanchan las ausencias
de nuestros rostros turbios,
antes del duelo y el laberinto
que eluden el rito de las máscaras.
Que bello suena, ya lo leí varias veces.
ResponderEliminarGracias, Melody. Estos versos son de esos que de verdad se escriben con el corazón, así que me encanta que te hayan gustado.
ResponderEliminar¡Toma narices! Si es mi sobrino escribiendo en la página que abrí para él. Estaba convencido que andaba escondido por ahí. En fin, lo importante es qué esté vivo y con salud. Sobrino, si quieres darme alguna instrucción, mándame un "ese-me-sé" de esos. Mientras tanto, seguiré un poco de tiempo más poniendo aquí tus "papeles arrugados" y leyendo tus comentarios cuando quieras ponerlos. Cuídate.
ResponderEliminarUy apareció JM, parece que está con vida y goza de buena salud, que emoción!! pobre tío envíale un mensajito intimista.
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