- ¿Está lejos tu casa? –inquirí, alborozado por la perspectiva.
- A un par de kilómetros.
- Entonces, con este frío, voy a ir a buscar el coche. He venido andando, vivo aquí al lado. O, si lo prefieres, podemos ir a mi apartamento.
- No, mejor vamos al mío –reiteró, cogiendo su abrigo y un bolso ligero–. Pero, no hace falta que vayas a buscar el coche, yo te traigo después.
- Por mí, perfecto, si no es molestia...
- No, no, tranquilo.
Tranquilo.
El desparpajo y la explicitud de su propuesta no me inquietaban –de vez en cuando suceden estas cosas–, pero había algo más…, algo impalpable. Un desapacible runruneo interno hacía que estuviese en las antípodas de sentirme tranquilo.
Me acerqué a la cabina del DJ, hice una seña de despedida a Héctor y nos encaminamos hacia la puerta.
Al salir del Brutus la lluvia había cesado, pero el cielo, espeso y siniestro, mostraba todavía fulguraciones en la lejanía. El viento del noroeste, salobre, con olor a algas, nos embistió con sus gélidos lamentos, empecinado en detener nuestra partida. Rima se cubría con un largo abrigo gris de doble botonadura y corte militar, sin dar la impresión de acusar la agresión del cambio térmico. En el pasado, yo me había acostumbrado a soportar el frío, sin embargo notaba los aguijones de la humedad corrosiva pugnando por penetrar el tejido gore-tex de mi chaquetón. Entorné los ojos, tomé a Rima del brazo, y caminamos juntos hacia su coche. El vehículo, un Mini Cooper S de color plata, estaba aparcado detrás del Brutus, bajo una farola que se columpiaba amenazante con un chisporroteo agónico. Entramos apresuradamente y nos desplomamos sobre la tapicería de cuero mientras Rima encendía el motor y accionaba el mando de la calefacción hasta hacerla funcionar al máximo.
Nos mantuvimos en silencio unos instantes, con el coche todavía estacionado, a refugio de los martillazos del viento huracanado. La radio sintonizaba Tendenzia FM y emitía una riada de buena música house. Rima sacó de la guantera un pequeño reproductor de MP3 y lo conectó a un puerto del equipo de sonido. Otra clase de ritmo bien distinto, almibarado y bullanguero, comenzó a resonar a nuestro alrededor.
- ¿Te gusta esta canción? –me preguntó Rima, satisfecha con su elección.
- No la había oído nunca, este género de música es distinto al que estoy acostumbrado…Pero sí que resulta animada –agregué por cortesía.
- Se la conoce como manele y es muy popular en mi tierra. Algunos la encuentran demasiado ordinaria pero, como tú dices, anima mucho. Esta pieza es del músico Adrian, El Niño Maravilla, también famoso con el… ¿cómo se dice?... en inglés es nickname…
- Apodo.
- Eso: con el apodo de Adi de Vito.
- No suena demasiado a nombre rumano – observé, demostrando una falsa curiosidad.
- ¡No, no lo es! ─exclamó ella, soltando una carcajada─. Lo llaman así por su parecido físico con el actor Danny de Vito.
- Qué ingenioso. Bien, supongo que tendrá muchos adeptos pero haz el favor de bajar un poquito el volumen.
No tardó en notarse el efecto de la calefacción en el interior del coche. Rima se desprendió de su abrigo y me insinuó que hiciera lo mismo con el mío, sin embargo, una inexplicable y cavernosa sensación de helor persistía ligada a mis entrañas.
- ¿Todavía tienes frío? –me preguntó, inclinándose hacia mí.
Ahora, su pelo flotaba como las tinieblas de una tempestad, y hacía resaltar la blancura de su pecho, donde pendía una gargantilla con una especie de amuleto.
- ¿Qué representa ese colgante que llevas? –pregunté, en parte porque me sentía intrigado y en parte porque la atracción salvaje que me suscitaba Rima no evitaba que padeciera una sensación de agarrotamiento.
- ¿Esto? –dijo, tomándolo entre los dedos.
- Sí –ratifiqué–, el colgante.
- Es una mariposa negra.
- ¿Negra?
- Sí. Es muy antigua. Procede de Irán o Afganistán, no sé. Me la regaló una buena amiga.
- Es magnífica, se nota que es antigua, pero yo diría que no es una mariposa.
- Con luz la verás mejor y te darás cuenta.
- No hace falta –dije, librándome a duras penas del magnetismo que emanaba la joya–, me fio de ti.
Pestañeó, y sus ojos desprendieron una turbidez cenagosa. No tardó más de una fracción de segundo en recobrar una mirada diáfana, salpicada de candor y zalamería.
Las uñas afiladas y firmes de Rima se apoyaron en mi cuello, jugueteando con el filo de la camisa. Encontró unos eslabones y, no exenta de una repentina aprensión, curvó un dedo y fue alzando una cadena de plata hasta hacer asomar un rectángulo metálico.
- Tú también llevas algo colgado, ¿qué es? –indagó ella ahora.
- Una placa con una inscripción.
- ¿Eres soldado o algo así?
- Es un recuerdo.
- Pero, ¿es tuya?
- Sí, es mía, pero si no te importa, prefiero no hablar de ello ahora.
- Como quieras –dijo, condescendiente–. Bueno, ¿entras ya a calor?
- En calor...
- ¿Sí?
- No, nada, que se dice “entrar en calor”.
- Eres un poco misterioso, pero me gustas.
¿Misterioso yo? A su lado, era una casa sin puertas y con muros de cristal.
Alejó los dedos de mi cuello y en el mismo punto se posó su boca, húmeda, ardiente, produciéndome un escalofrío que me conmovió con la intensidad de una sacudida eléctrica. Había dicho que le gustaba, pero, ¿se trataba de una falaz maniobra de seducción que encubría otras intenciones? Decidí someterme a sus reglas del juego, olvidando las resistencias que promovían mis recelos.
- Tú también me gustas –declaré, al mismo tiempo que pasaba los brazos por detrás de ella.
- ¡Ya me había dado cuenta, ja, ja!
- Me encanta verte reír, no sé por qué tienes que estar todo el rato con una cara tan.....mmm.
Sus labios se unieron a los míos y yo estreché con mayor firmeza mi abrazo mientras una deliciosa punzada me recorría las ingles al sentir la presión de sus pechos.
Transcurrieron algunos minutos más, o muchos minutos, no sabría decir, explorándonos y absorbiéndonos el uno al otro, con movimientos suaves y limitados: el coche no era muy grande y ninguno de los dos éramos cortos de estatura.
Inesperadamente, noté deslizarse un líquido más denso que la saliva alrededor de mi boca: era sangre, mi sangre. Recordé que poco antes de salir, me había afeitado y la cuchilla me había producido un pequeño corte encima del labio superior.
- Tienes sangre en el labio –advirtió Rima sin atisbo de alarma.
- Ya, perdona, es que me he cortado al afeitarme y con el roce...
- No te preocupes. Voy a curarte
Depositó los labios sobre la herida y su lengua comprimió el borde, lamiendo con cuidado los restos de sangre. Con toda la prevención que existe hoy día contra el contacto de la sangre, por el fantasma del VIH y otras infecciones, me resultó chocante el impulso de Rima.
La naturalidad de la rumana no bastó para arrancarme un cierto sentimiento de bochorno. Me disponía a buscar un pañuelo de papel en bolsillo, cuando un estrépito que provenía del techo hizo sonar el coche como un tambor. Por un segundo, supuse que se nos había caído encima la farola, pero, de improviso, vimos surgir fuera de la ventanilla de Rima un variopinto manojo de mechones erizados y unos ojos inyectados y legañosos: era Héctor.
- ¡Eh, troncos! ¿Todavía estáis aquí? –por lo visto, ese DJ trastornado sabía cuál era el coche de Rima.
El porte estrafalario de Héctor hizo que Rima estallase en carcajadas. A mí no me hacía tanta gracia la brusca interrupción y me incliné hacia la puerta de Rima para bajar la ventanilla.
- ¡Héctooor! –grité furioso–. ¿Estás fumado o qué? ¡Me has dado un susto de muerte!
- Para eso he salido precisamente: para fumarme.
- Tú estás como un cencerro. Y vas a coger una pulmonía así en camisa. ¡Vete otra vez adentro!
- ¡Vale, tío, ya me voy! –soltó entre hipidos y risitas compulsivas– Y oye…, a ver cuándo te pasas por casa y me arreglas el pecé, que no furula.
- Héctor, soy médico, no técnico de informática.
- Ya, pero sirves para todo, tío, lo mismo arreglas un enchufe que unas purgaretas.
- Lárgate. Ya hablaremos tú y yo.
Retorné a mi asiento mientras aquel ejemplar de manicomio, que en realidad era un infeliz incapaz de matar a una mosca, volvía a entrar en el Brutus.
- ¡Vaya con la broma del condenado Héctor! ¡No lo había visto venir! –dije, de nuevo encarando a Rima.
- Yo sí –confesó Rima–. Por eso me he puesto a reír.
- Pero si tenías tu cara enfrente de la mía...
- Le he visto...cómo es... ¡de reojo!
- Ya. ¡Pues, qué reojo tienes!
- Oye, ¿eres médico? –preguntó como queriendo cambiar de tema.
- Eso dicen unos papeles...
- Je, ¿en qué quedamos...? ¿Eres médico o militar?
- ¿Qué tal si arrancamos ya? –ahora era yo el que no deseaba prolongar la conversación.
- Está bien. ¿Nos vamos?
- Sí, vamos.
Huy que tía más rara…, o misteriosa mas bien. Pero teniendo en cuenta de lo “normal” a ti no te llama la atención ésta no te aburrirá jamás… ¡vamos, si hasta me gusta a mí su misterio! Aunque me preocupan sus afiladas uñas y su gusto por la sangre…, pero ya nos contaras como te ha tratado en su apartamento. :)
ResponderEliminar¿Eres medico…?
Besitos.
Campoazul, al final mi tío se ha empeñado en sacar los archivos de la Mariposa Negra y allá van, poco a poco. Pero esto no tiene nada que ver con una historieta de vampiros,o, al menos que yo sepa no tenemos vampiros en La Manga. Aquí se coquetea con el misterio y con gente especial, que la hay. Rima. la rumana, sin ir más lejos. Gente rara que puedes encontrar en el Brutus. Gente que tenmos algo que esconder, o que olvidar.
ResponderEliminarBesos.
Depende lo que se tome por "rara".Si es así, ufffff quien no tendrá un misterio por descubrir o un secreto que guardar y algo que bien puede ser "alguien" que olvidar...
ResponderEliminarMe encantó este relato.Amo el misterio, la sensualidad y es lo que aquí no solo se lee sino se siente.
Otra cosita... Inti, me parece o la chica está un tanto desesperada? Mira que hay muchas que se meten en cualquier cama, digo auto...jajajjajaja
Besoteeeeeeeee
Es lindo volver a saber de ti ;)
Una entrada llena de misterio como me gustan,ya lo sabes....
ResponderEliminarEspero que esta aventura no tenga nada que ver con la mariposa negra¿O sí?Estoy segura que alguna relación existe.Espero ansiosa tu segunda parte,no tardes demasiado.
Mi abrazo protector y millones de besos.
A veces cuando las cosas están cerradas, simplemente hay que abrirlas
ResponderEliminarEso mismo que se dice en "Eastern promises" puede ser una gran verdad para tu historia. Haces bien en abrirla, a lo mejor sale todo lo que pugna por salir y simplemente espera su momento.
Rima, es un nombre muy bonito, original, aunque no me gusten nada las rimas y sí los poemas; hay soledades extrañas.
Qué cosas ocurren en La Manga, por Dios!
Un beso J.M. feliz regreso.
ana
Una entrega llena de misterio, de esas que estas deseando que no tenga final.
ResponderEliminarRespi, es verdad que se trata más de el olvido de alguien que de algo. También lo es que me gusta la gente diferente, con su estilo o su personalidad, pero no necesariamente gente "rara", al escribir se basa uno en la experiencia real, pero se adorna con lo imaginario.
ResponderEliminarMira, lo de que esa chica es un poco atrevida, no estoy de acuerdo, a veces surge una química muy intensa, será porque yo creo en el amor a primera vista, ja, ja, pero, en serio, esas cosas, esos "aventuras" no son raras, la noche es así,tiene sus reglas distintas a las del día.
Besos mil.
Hola Inti!!!!
ResponderEliminarMe alegro que escribas otra vez, y lo compartas con nosotros,eso es lo mejor,el leerte de nuevo y con esta segunda parte más misteriosa que la primera...
Aún todo puede suceder,verdad? aquí sólo has escrito el preludio de lo que puede llegar a pasar,nos pones en situación,dejas caer,lo del colgante,vaya,qué casualidad! es una mariposa negra...a dónde nos lleva eso,a quién conoce esa mujer y quién es ella realmente???
Por favor,que tu imaginación siga escribiendo pronto!!!
Te he dicho que estoy muy contenta con tu vuelta??,tú...estás bien aquí? o echarás de menos Madrid?.
Un fuerte abrazo
Me gusta la canción,creo que te doy un beso también!!
Gracias por venir a verme
Hola, Mor, cariño, sé que te gustarán estos textos con tintes misteriosos, compartimos muchos gustos. Esta serie de relatos sí que tienen que ver con la Mariposa Negra, están basados en hechos reales (que se suele decir, ja, ja) pero con mucha salsa de imaginación. Ah, y una cosa importante, Rima no es la mujer de la Mariposa Negra.
ResponderEliminarMontón de besos.
Ana, qué risa, no creas que todas esas cosas pasan en la Manga, ja, ja, puedes venir por aquí, es un sitio muy tranquilo, te lo aseguro.
ResponderEliminarSabía que ibas a fijarte en esas palabras de Promesas del Este, estaba seguro. Y sabes, creo que es verdad. Y también que tienes razón: no quería que salieran a la luz estos relatos de la Mariposa Negra, hay por supuesto mucha mucha fantasía, pero también cosas que llevo muy encerradas en mí.
Sí, Rima es un nombre bonito, es el nombre de una mujer real, rumana, además, pero sólo es una amiga de la que tomé el nombre, nada que ver con la del relato.
Besos cómplices.
Night, me alegra mucho verte por aquí, sé que los textos largos no son fáciles de leer en los blogs, por eso agradezco much´simo los coments. En estos relatos hay verdades y mentiras, amor, mucho amor, amistad, sexo y rock and roll, ja, ja, espero que te gusten.
ResponderEliminarMontón de besos.
Para nada pensaba yo en vampiros, no son los únicos que chupan la sangre jajá.
ResponderEliminarSolo me pareció una chica muy misteriosa porque eso no se suele hacer en la primera cita (otra bromita). La verdad es que resultan muy interesantes estos relatos de la Mariposa Negra por ser semi-reales...Mmmm
Más besitos.
Estrella, nunca me ha faltado la luz de tu compañía mientras he estado fuera de mi mar y mi luna y al regreso sigues estando a mi lado, espero que yo sepa corresponderte con mis palabras de alguna manera.
ResponderEliminarLa Mariposa Negra tiene mucha fantasía, claro que sí, pero también muchos detalles de mi vida, quizás cosas que necesitaba escribir para que me dolieran menos. Sé que un blog no es el mejor sitio para poner estos textos, hoy día tendemos a consumir lo rápido y al final sólo entran en este camino más largo de palabras las personas que de alguna forma se sienten más compenetradas conmigo.
Muchísimos besis.
Campoazul, eres muy traviesa, ja, ja.
ResponderEliminarUn besote.
Uy!!! cuanto misterio encuentro hoy aquí Inti..Me encanta la mariposa negra...Que lastima que vuele....Un beso y que pases un buen fin de semana
ResponderEliminarMi QUERIDO JM , mil perdones , les pido una disculpa al Tío y a Ti por no poder venir como antes, estoy Trabajando !!! te imaginas yo Trabajando en una Oficina y si vieras que Oficina :) esta hermosaaaa :) estoy tan contenta , no quiero venir y leerte con prisas , quiero meterme en tus escritos como siempre lo hice , mas tratándose de la Mariposa Negra , hoy tuve poco trabajo por eso aquí me tienes para dejarles muchos besos al Tío y al sobrino...
ResponderEliminarLos quiero muchísimo , ya le estoy entendiendo al trabajo así que voy a tener tiempo para venir mas seguido a visitarlos
Mas besos y un abrazo enorme
Patricia333
demasiada puerta abierta veo yo en el Brutus, para que se cuele la gente rara y la que no lo es tanto
ResponderEliminarpero lo misterioso de verdad es ese latente temor que te atenaza aunque no quieras
¿Sabes Inti?
ResponderEliminarMe correspondes con tu sincera amistad y cariño,eso es más de lo que yo hubiese podido imaginar cuando empecé a comentarte,en un principio empecé a venir porque me gustaban tus poemas e historias,pero poco a poco fuí descubriéndote como una persona muy amable,cordial,sincero,con el corazón roto de dolor,con un frente abierto a sí mismo,con luchas internas por seguir viviendo,divertido,enamorado de la música house(ejem,perdón,de la buena música house,ya sabes que no es de mis preferidas,jaja),honesto,trabajador incansable de sentimientos...de sueños,y ante todo "buena gente" y todo un caballero,aunque suene cursi,yo te veo así!!...cuando quieras paro,jaja,vale!,que me he pasao,no?,pues entonces quita las comas,jaja!!
Gracias por tu amistad,por tu compañía y por dejarme que venga,sintiéndome tan a gusto aquí.
Un abrazo!!
Que tengas una buena semana!
Buenísimo el relato y el video uno de mis preferidos!
ResponderEliminarGracias por tu visita y por dejar tu bello comentario.
Un abrazo, buen comienzo de semana.
Carmen, el vuelo de la mariposa negra es imprevisible y sensual. Sus alas tienen un don, viaja en el cielo de los sentimientos.
ResponderEliminarBesitos.
Patus, si tú trabajas allí, eso convertirá a la oficina en hermosa. Me alegro mucho de que puedas ir dando un sentido de normalidad a tu vida, sin sobresaltos.
ResponderEliminarYa ves que mi tío se empeñó en sacar a la luz los archivos de la Mariposa Negra, yo los hubiera convertido en papeles arrugados porque los vuelos de esa mariposa guardan muchos secretos míos.
Montón de besos con todo el cariño de tío y sobrino.
Shang, el Brutus es como una taberna en el desierto: es el único lugar abierto hasta la madrugada en el invierno de la Manga, por eso pasa por allí toda clase de gente. El local tiene dos puertas, más que suficiente para que en las noches extrañas de niebla espesa entren y salgan personas normales, gente algo "rayada", fantasmas y otros seres de paso. Me encantaaaa. O debo decir, me encantabaaa. Eso fue en un tiempo especial, un tiempo en que pasaban cosas, no hace mucho. Ahora, ponen música de los 40 principales y regetón, qué espanto, y van chavales a tomarse una birras.
ResponderEliminarBueno, besazos.
Estrella, con tu comentario me has puesto colorado como un tomate, que para algunas cosillas soy bastante vergonzoso, pero esta página no es sólo mía sino tuya también y de toda la buena gente que quiera pasar y dejar su opinión o su crítica. Gracias a personas como tú me animo a ir introduciendo textos como el de esta última entrada, que considero más personales. Es novela, es ficción, pero entrelíneas estoy yo y mi pasado. El Intimista.
ResponderEliminarMientras te escribo, estoy disfrutando de una sesión de muy buena música "house", ya sé que a ti no te gusta mucho, pero nadie es perfecto, ja, ja.
Superbesazos y muy buena semana.
Cristina, me alegro de que te gradase el texto y de coincidamos en el gusto con la música de Maná. El estilo de nuestros blogs también muestra cierta similitud de gustos, pero el tuyo es, con mucho, más bonito.
ResponderEliminarBuena semana.
Abrazos.
Un relato misterioso de los que me gustan y Maná me chifla... un oplacer leerte de nuevo, saludos y besos desde la distancia mñas corta.
ResponderEliminarOrquídea, bienvenida al territorio de lo misterioso, a la hermandad de los sueños entre sombras, cualquier cosa que estimule nuestra curiosidad y nuestra imaginación y,
ResponderEliminarpor qué no, nuestros deseos oscuros.
Besos.