miércoles, 8 de septiembre de 2010
LA BRISA NEGRA (Tártarus II)
Bishkek, Kirguizistán.
Hamid, el Afgano, se despertó con la erección más potente que jamás había experimentado en su vida. Atribuyó la ostensible muestra de vigor sexual a que había estado soñando con Mara, aquella puta tártara que ahora estaba liada con un oficial de la OTAN. En el sueño, estrangulaba a Mara, clavando desde atrás sus dedos sarmentosos en el frágil cuello de la mujer mientras la sodomizaba con brutalidad.
Hamid no podía imaginar que la rocosa rigidez de su falo ─fenómeno que en Medicina denominaban priapismo─ era, en realidad, el primero de los síntomas que producía el tóxico circulante en su sangre; un veneno que le conduciría a la muerte antes de dos horas.
Cuando JM abrió los ojos en la habitación de Mara, ella ya no estaba. Sabía que empezaba a trabajar temprano en el pequeño puesto de hierbas medicinales que su familia poseía en el mercado de Bishkek conocido como Mercado de las Brujas.
Sin embargo, cuando la silueta de Mara se deslizó por las calles de la ciudad confundida con la oscuridad de la madrugada, su destino no era el Mercado de la Brujas sino el piso donde vivía Hamid. En beneficio de su propia seguridad, Mara nunca perdía la pista de los lugares por donde andaba Hamid, el Afgano. Le constaba que era un traslado reciente y que desde la vivienda se divisaba con claridad la entrada principal del Hyatt Regency, el hotel donde se alojaba ahora JM. De igual forma, tenía la certeza de que aquello no era una casualidad.
Hamid era originario de Jafari, una población adyacente a la ruta Lithium, en Afganistan, y pertenecía a la etnia pastún, la misma que los talibanes. De hecho, era un talibán encubierto. O eso pensaba él, porque entre los familiares uzbekos de Mara, que residían también en el noroeste de Afganistán, era conocido que Hamid se hallaba en Bishkek para realizar un atentado contra algún miembro de la OTAN. Y, por supuesto, Mara tardó poco en estar informada. Todo encajaba: para Hamid era la oportunidad de alzarse con méritos entre sus camaradas de la insurgencia y además se trataba de un asunto personal. Dos años atrás, el oficial español sorprendió a Hamid en un callejón, cercano a una famosa discoteca de la ciudad, golpeando e intentando forzar sexualmente a Mara. JM resultó herido por arma blanca en un antebrazo pero Hamid tuvo que ser hospitalizado inconsciente, con luxación de codo, fractura de mandíbula y dos o tres piezas dentarias menos. A partir de aquel momento, JM se veía con Mara cada vez que volaba hasta Manás ─el aeropuerto de Bishkek─ y conseguía hacer una escapada a la ciudad. Al principio, su relación fue de una limpia amistad. Y luego, cuando murió Raquel, de amantes. Ella descendía de una familia de brujas y hechiceros tártaros. El venía de un mundo completamente distinto. Pero, cuando estaban juntos era como si el cielo y la tierra se disolvieran en un crepúsculo tranquilo, cesara de crecer lo oscuro y el olvido bendijera sus sueños
Con movimientos expertos, Mara abrió la vieja cerradura de la puerta que daba acceso al piso ocupado por Hamid. Sin levantar el más pequeño ruido, se aproximó a la habitación donde dormía el hombre y destapó un frasco de cristal junto a la almohada. No tardó en salir la abominación encerrada en el envase: una araña parduzca, de unos seis centímetros y abdomen protuberante sobre el que se observaba cuatro minúsculas esferas rojizas. En la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán, la araña era conocida como la Brisa Negra y se decía que la temible Viuda Negra, sus prima hermana, era a su lado sólo como un molesto mosquito. La picadura era indolora, pero inyectaba una devastadora neurotoxina que terminaba con la vida de un ser humano por asfixia, tras producir parálisis del sistema nervioso e intensos dolores. El primer síntoma del veneno era el priapismo, una erección prolongada y pétrea; luego pasaba un cierto rato hasta que la víctima notaba que no podía moverse, la piel del rostro adquiría una coloración oscura, los músculos respiratorios se paralizaban y, por fin, terminaba ahogándose en su propia saliva.
La Brisa Negra dejó dos gotitas de sangre en el cuello de Hamid. La picadura no había perturbado en lo más mínimo el sueño del Afgano.
Con las manos protegidas gracias a unos gruesos guantes de soldador, la mujer introdujo de nuevo al arácnido en el envase de cristal.
Antes de salir de la vivienda, Mara inspeccionó la ventana desde donde se contemplaba la entrada del hotel, a unos doscientos metros de distancia. Bajo el marco de la ventana, sobre un paño de camuflaje, estaba listo para ser utilizado un Dragunov, un fusil de francotirador.
De nuevo gateando en las penumbras antes del alba, Mara suspiró satisfecha: había librado de la muerte al hombre del que estaba enamorada. Sin embargo, con los tibios humos amarillentos de las primeras luces, un transeúnte que se cruzase con ella hubiera podido contemplar como en sus mejillas se adherían las estrellas sin brillo de unas lágrimas. Mientras seguía caminando en dirección al Mercado de las Brujas, recordó las palabras, los versos, de una tal Emily Dickinson, que a veces murmuraba JM cuando creía que ella no le escuchaba: "De las almas creadas/ supe escoger la mía". Y lo que él había escogido para amar era un alma sin cuerpo, un espectro. JM podía mirar con inmensa ternura a sus ojos tártaros, besar con sedoso deseo sus labios, colmar con sus abrazos el vacío de los días de soledad. Y hacían el amor con avidez, fundiendo sus cuerpos en una caverna sin pensamientos, sin recuerdos furiosos. Pero él sólo amaba a lo que ya no volvería a existir nunca más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Hay más? Espero que sí... me fascina el ambiente que recreas y la sutileza con la que consigues transportarme.
ResponderEliminarBesos, muchos, muchos.
Paloma, asombroso, veo que te has leído los dos "Tártarus" de golpe y no te pasa ná. Eres fantástica. Me hace sentir feliz que tu alma de poeta encuentre algo en mi prosa que te enganche. Muy feliz.
ResponderEliminarGracias por tu visita, nos encontraremos en nuestros mares de palabras.
Mil besos, wapa.
INTIMISTA,fascinante la muerte escogida para Hamid,aquél bárbaro que años antes la había forzado.En el fondo Mara está enamorada de JM,pero no desea unirse a nadie¿O quizás sea JM quién no lo desee?
ResponderEliminarUna entrada que me ha enganchado, muy bién narrada y con toques de pura pasión.
Me gusta como escribes Intimista
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarme ha gustado ...Pero mas me ha gustado lo tierno que puede ser JM :)
ResponderEliminarBesoss y dile porfavor al Tio que muchas gracias por su Visita
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Buenas tardes Intimista!!
ResponderEliminarMe ha fascinado de principio a ¿fin? espero que continúes la historia,poco a poco los personajes van detallando su personalidad y la historia va creciendo en intensidad.
Te dije que volveria..y gracias,ya me estoy soltando.
Un beso
Mor, sé que te gustan estas historias fuertes, de pasiones y venganzas, ja, ja, como las que tu pones en tus cuentos.
ResponderEliminarGracias, corazón, por encontrar un huequito y dejar tu comentario, sé que estás muy liada, pero me anima mucho encontrar tus palabras.
Mil besos.
Patus, mi tío encantado de sus andanzas por tus páginas. A JM no le gusta admitirlo, pero sí que tiene su corazoncito tierno, ja, ja, qué le vamos a hacer.
ResponderEliminarBesos mi hada de las mariposas.
Estrella, estupendo que te hayas animado a volver. Aquí se mezcla de todo un poco, versos, prosa, y ni una cosa ni la otra, ja. Historias que son mezcla de experiencias y de ficción. Y, naturalmente, van cambiando de escenarios y de personajes. Hay también una carpeta secreta que quizás algún día aparezca.
ResponderEliminarUn beso.
Es la primera vez que te visito y me he quedado fascinada por el relato.
ResponderEliminarMe han encantado.
Saludos
Como son Luz para tu alma te los vengo a dejar ...Con mucho cariño
ResponderEliminarSi volvieran días
de cielos tristes
te invitaría
volar conmigo.
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Gracias por estar ahí.
ResponderEliminarBesos
Facinante relato, donde mezclas la pasión y la venganza, me encantas esos escritos...
ResponderEliminarHe dado una vuelta por tu blog y haces alabanza a tu nick, te haria mil preguntas, pero como es secreto me las reservo, espero ir descubriendo poco a poco esa doble personalidad que intuyo...Te sigo.
Muaks.
Hi toad héroe, pobre Mara, penita pena, supongo que no le sucedió nada, te quería un tocazo, lástima que no fue correspondida.
ResponderEliminarHamid hecho trapito, merecido. Y esa araña, hace bien su trabajo. Yo tengo una de mascota, vive en una repisa vieja, le agarre cariño, puedes creerlo?? Se llama Greta, si es que me asombro a mí misma jaja, pero no la toco, es pequeña, flaca, negra, “creo” que solo come insectos.
Muy buen relato, me re gusto, más que la anterior con el agujero negro.
Me eclipso: Lo del priapismo, no la enfermedad espantosa, obviamente; sino Príapo, como no tenerlo a mi lado!! Amooooo a ese Diosss !!! jiji, y la descripción del encuentro con Mara.
Lo mejor, como siempre el amor hacia Raquel. Esa fidelidad de corazón, me impacta muchísimo, y es lo que más me subyuga de ti.
Besitos brujos en el desierto playero.
Espero que esa carpeta escondida, salga a la luz... yo quiero mas y mas y massssss.
ResponderEliminarUn biquiño, estupenda tu historia, entre realidad.... y ficción :)
Reina del Mambo, mira, esto es lo estupendo del mundo virtual: que la gente tiene tantas cosas que contar y de formas tan diferentes. Se aprende, se enriquece uno.Y también sirve para soltar esos demonios que llevamos dentro.
ResponderEliminarGracias por llegar hasta aquí.
Abrazos.
Hola, guapo! Te veo muy atractivo en ese foto con el torso al descubierto.
ResponderEliminarVolveré para leerte, pero ahora me ha invitado una primita a su casa y ya tengo que irme.
Un besote,
Andri
Yo he aprendido que hay una araña que es más venenosa que la viuda negra. Me morí en ese veneno con el Hamid. Me gustó, porque la erección hace pensar que viene de sexo la cosa y no de muerte. Me encantó este relato tártaro. Buenísimo!
ResponderEliminarUn abrazote de tol tamaño,
Andri
Lo de "puta tártara" suena super poético, aunque algo cómico, lo cual me gusta. Otras combinaciones de palabras me han encantado como "dedos sarmentosos". Creo que la prosa no está tan alejada de la poesía. El relato está muy bien llevado. Éxito garantizado.
ResponderEliminarSaludos.
d.b
!La polla en verso!
Andri, corazón, puse a la foto a ver si tú también te animas, ja, ja. Bueno, son cosas del verano, en mi refugio de la playa.
ResponderEliminarMe alegro mucho que te haya gustado el relato. Tienes razón, lo que buscaba es ese arranque como de escena sexual y luego derivar hacia algo completamente distinto. Me encantan los contrastes cuando escribo. Es mi estilo: lo duro y lo suave. Aparte, es verdad que hay una araña tipo viuda negra cuyos primeros síntomas de picadura es el priapismo (por estímulo del sistema nervioso parasimpático). Lo de la araña Brisa Negra me lo he inventado. La araña gigante que hay en Afganistán es conocida como "Camel Spider".
Seguiré algún relato más con la tártara.
Superbesos.
Joé, DB, no pretendía que "puta tártara" sonara como poético sino como lo que es: un intento de un pirado de denigrar todo lo posible a una mujer. O sea, las palabras propias de un cerdo, un extremista y un maltratador. Afganistán es un infierno y parte de ese infierno no es sólo la guerra; hay más cosas y una de las peores es el trato que siguen sufriendo las mujeres, prácticamente reducidas a la esclavitud. Esto es algo espantoso, algo que nunca se puede olvidar.
ResponderEliminarEn lo demás, tienes razón: a veces se me va la olla y salen frases algo poetizadas, que enseguida mezclo con las que uno puede escuchar en la calle.
¡Pero qué más da! Escribir es expresarse, soltar demonios, pasarlo bien.
Saludos, amigo.
Alalba, por aquí y por allá nos reunimos todos los que nos sentimos atraídos por la fascinación de un misterio. Como tú bien indicas, con mi nick ya lo digo todo sobre mis intenciones, ja, ja. Pero el que sabe leer entre palabras, sabe conocer el misterio.
ResponderEliminarBesos
Melody, esta segunda parte es un cuento para mi princes, donde los buenos son muy buenos y los malos ¡toma picadura de super-araña venenosa! Ja, ja. Todo se puede ver como un cuento. Además de enseñar deleitando. ¿No sabías que priapismo venía del dios Príapo? Te aseguro que el priapismo es una urgencia médica que no tiene ninguna gracia, los pacientes dicen que duele un montón, uh, uh, me da cosa sólo de pensarlo. Vale que mi araña de ficción no tiene nada que ver con las arañitas del bosque, ¿eh?
ResponderEliminarNos seguimos viendo en nuestros rinconcillos.
Mil besos, princesita.
Carmela, el archivo escondido en la carpeta Innominata, el Libro de los Sollozos, la Mariposa Negra. Me está usted resultando muy curiosona, ja, ja. Pregunta a mi tío a ver si ha descubierto algo. Mientras, ¿vale que te deje algunas pistas en el próximo relato de Mara?
ResponderEliminarSuperbesos sabor del limonccelo que me acabo de beber, juás.
¿Quién sabe qué significa tartarus?
ResponderEliminarPor favor, que nadie me responda que una salsa. No vale preguntar a mi tío.
Tartarus es uno de los cabecillas de los brutes, y de los personajes mas importantes de halo :)
ResponderEliminarEs muy intenso en combate, un lider nato y sabe comandar muy bien las tropas, aparte de ser un formidable rival.
Espero no estar equivocada
Besosss
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar“lugar de miedo” tartarus
ResponderEliminarIntis, Profe, Doc, gracias por la parte 2. Se que la enfermedad es horrenda, obviamente; y tu Brisa Negra una mortal asesina, contrario a Greta del bosque jaja.
ResponderEliminarNo sabia lo del Dios, diariamente aprendo algo nuevo; hoy con Patri, lo de tartarus.
Me voy a practicar la fascinación animal, que entre nos, me sale muy bien.
Besito y me deleito aprendiendo.
Perfecto, Patus, estás en todo. Controlas tanto los videojuegos como la mitología. Sí, es un personaje de "Halo". Por otra parte, el Tartarus original significa en griego, creo, "más profundo", "lo más profundo". Estaba incluso por debajo de las Hades. Un lugar espantoso del inframundo.
ResponderEliminarDicho esto, los tártaros eran tribus mongolas de feroces guerreros. Por cierto, las mujeres de esas etnias (mongol o tártara) tienen un atractivo muy especial, o eso me pareció a mí.
Plas, plas, premio.
Y besetes.
Princesita, me alegro que aprendas y te deleites.Saluditos a Greta.
ResponderEliminarVeo a Mara,su caminar rápido, sigiloso,como una gata,dirigiendose hacia el Mercado de las Brujas....con un sentimiento de honda soledad y tristeza,ha salvado al hombre que ama...al que le une una gran pasión pero..Raquel todavía vive en él...
ResponderEliminarEspero que Mara,consiga acariciar su corazón..tanta soledad..
..tan sugerente todo,incluso esa araña aterciopelada que firma con dos gotitas de sangre.
Besos!
Dafne, me gusta llenar los textos de símbolos, como si fuera una pintura.
ResponderEliminarTu comentario es muy acertado.
Mea alegro mucho de que te animases a visitarme.
Besos.
Apaixonante... preciso de mais... lança teu livro, um romance e deixo já encomendado meu exemplar. Escreces magnificamente, envolvente e deliciosamente.
ResponderEliminarUma honra seguir um escritor como tu.
Beijos e meu carinho.
Lua Nova, muchas gracias por tus cariñosas palabras y por el ánimo que me envías.
ResponderEliminarBesos.
JM gracias por tus palabras , me encanta verte por mi Blogg , porfavor me saludas al Tio
ResponderEliminarƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ