Después
de la oscuridad
Alguien
tiene que traer la luz
Aunque sea
el brillo perezoso de la luna
Escondida
detrás de la ventana.
Las sombras
no se mueven solas
Están a
gusto en cada suburbio de mi interior
Como racimos
de murciélagos colgando del techo
Sin ganas de volar.
Todavía
hay quien sonríe con todo esto
Estará sobre
la arena en algún sitio cálido
Viendo un
mar con otro color que el mío
Mientras
llegan las nubes violetas
Y se
enciende un faro.
Las luces iluminan las sombras, las hacen más claras, las luces aderezan los momentos, haciéndolos brillar.
ResponderEliminarCómo me gusta volver a leerte, amigo intimista.
Un beso.
Siempre hay una brizna de luz entre toda oscuridad… Sólo hay que estar predispuesto para verla, y abrazarla…
ResponderEliminarPreciosos versos, querido amigo…
Un verdadero placer…
Bsoss enormes!
Y de pronto aparece una estrella que se cuela por la rendija de tu ventana... y no te dará toda la luz, pero tampoco te dejará en plena oscuridad.
ResponderEliminarEs precioso tu sentir.
Mil besitos.
Que toda la luz del universo te ilumine y llene de amor en todas sus formas a ti.
ResponderEliminarmar
la luz solo tu la creas volviendo a creer
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