viernes, 28 de septiembre de 2012
EL COLOR DE SUS OJOS
Odio las bodas. Pero no me quedaba otra que acudir de invitado a aquella: la hija de quien había sido mi superior y viejo compañero de armas en muchas misiones desde Kósovo se casaba esa tarde.
Después de la ceremonia vino el banquete y detrás del banquete la música insufrible con que suelen terminar esas celebraciones. En esos momentos, sonaba un estampido de fusilería que se llama "Tengo una camisa negra" y una señora , posiblemente contemporánea de mi tatarabuela, se empeñaba en que dejase mi asiento y me uniese a unos cuantos locos y locas que brincaban por la pista.
- Lo siento señora, no me gusta esta canción. Además tengo reuma ─mentí─ y este baile es para gente con articulaciones más sanas y jóvenes que las mías.
- Qué pena. A sus años y ya con reuma.
- Pa que usted vea.
Decidí hacer el intento de conseguir una copa. Había barra libre y una multitud sedienta reclamaba la atención de los camareros. Por fin alcancé un hueco en la barra y fue en ese instante cuando alguien me susurró al oído:
- Creo que aquí no va a poderse tomar su Stolichnaya.
Me di la vuelta y alcancé a ver la espalda de una mujer con un vestido azul que se dirigía a la pista de baile.
- ¿Qué le pongo? -me preguntó el camarero.
- Stolichnaya con hielo.
- No tenemos. Hay vodka El Cosaco.
- Entonces un whisky con hielo.
- ¿JB, Ballantines?
- Sí, sí, da igual.
Con la copa en la mano me dirigí a la pista y allí, en una esquina, estaba la mujer del vestido azul. No había demasiado luz en la pista, pero saltaba a la vista que era bastante joven. Quizás un poco delgada, melena rubia, los rasgos de la cara que podía distinguir eran suaves y los labios carnosos. Apenas podía distinguir sus ojos, pero lo que sí podía ver con claridad es que tenía unas piernas muy seductoras. A mí me pareció preciosa. Y, por añadidura, tenía la sensación de haberla conocido antes.
- Hola. Qué tal. Me llamo JM. ¿Cómo has adivinado cuál es mi bebida?
- Porque soy la cajera del super donde hace la compra el fin de semana.
- ¿En La Manga?
- Claro. Y de vez en cuando se lleva una botellita de Stolichanaya ─añadió la chica con una sonrisa picarona.
- Ahora caigo. Claro que me acuerdo. Tú eres Carmen, ¿no?
- No. Soy Carla, pero no se preocupe, es normal que no se fijase en mí.
-Pero sí me he fijado, me he fijado. Lo que pasa es que siempre voy con prisa.
- Eso es verdad, llega cuando estamos a punto de cerrar.
- Carla, claro, llevas el pelo recogido con una coleta.
- Sí
- ¿Ves como me acuerdo?
- ¿De qué color tengo los ojos?
Me había pillado. Con la luz de la pista no acertaba a ver el color de sus ojos y desde luego que no me acordaba de ese detalle. Tanía pinta de ser rubia natural y la mayoría de ellas tienen los ojos azules. Como el color de los ojos de Raquel, la mujer que había sido mi verdadero amor.
- Azules -me arriesgué.
- Castaños.
- Es verdad, es verdad, ahora que lo dices, castaño más bien claro, sí.
- Sí, ha acertado.
- Por favor, no me llames de usted, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Lo cierto es que cambia uno mucho vestido así... de boda, con el traje de chaqueta y todo eso, aunque a vosotras os sienta muy bien los vestidos de noche, bueno, a ti te sienta de maravilla.
- Gracias.
- El próximo día que nos encontremos en el super a mí volverás a verme con mis pantalones vaqueros como de costumbre.
- No voy a verte ya en el super, esta temporada por lo menos.
- Y eso por qué.
- Porque solo trabajo los fines de semana para pagarme los estudios, pero ya empiezo con los exámenes y necesito todos los días para estudiar.
- Ya comprendo. ¿Y qué estás estudiando?
- Ingeniería Industrial.
- Toma ya. Cualquiera lo hubiera dicho viéndote de cajera en el super. ¿Y te queda mucho para acabar?
- No, este es el último año, aunque me ha costado bastante tiempo ir pasando los cursos, tenía que trabajar al mismo tiempo, en fin ya queda poco. Por cierto, que por eso estoy en la boda, porque soy compañera de estudios de la novia. ¿Y tú?
- ¿Yo?
- Que si eres amigo o familia de la novia o del novio.
- Ah, no, soy amigo del padre de la novia.
- ¿Cómo me has dicho que te llamas?
- Mis amigos me llaman JM.
- Entonces, ¿yo te puedo llamar así?
- Claro, al fin y al cabo éramos ya conocidos ─dije intentando bromear.
- Sí, pero no te habías fijado en mí.
- No digas eso, eres una chica muy atractiva pero casi una niña para mí. Seguramente hasta estoy dándote el rollo y a ti te apetecerá estar con tus amigos.
- Yo estoy bien contigo, sino te lo diría, no te preocupes. Y no soy ninguna niña.
- Perdona, sólo quería decir que soy mayor para ti, ya sé que no eres una niña.
- No pasa nada.
Por un momento nos quedamos mirándonos sin nada que decir. Había un flujo intangible de emociones que flotaba entre los dos como si en nuestro interior existiese la certeza de que nuestras almas no eran extrañas, de que nuestros cuerpos tampoco serían extraños. Su cercanía avivaba en mí el retorno de una clase de pasión que había olvidado. Brotaba un deseo que se retorcía en mis entrañas, que abrasaba mi piel y, a la vez, me hacía sentir una inmensa ternura.
- ¿Qué te tal si nos vamos de aquí y damos un paseo por el puerto?─me aventuré a proponer─. Hace una noche estupenda y encima hay luna llena. Una noche para que sucedan cosas mágicas.
- Mmmm, suena bien. Y esto está agobiante. Vámonos.
Salimos del local de la celebración cada uno por su lado y con la mayor discreción que supimos aparentar para evitar alguna fastidiosa pregunta, para la que, en realidad, no hubiera tenido respuesta.
Sin pronunciar palabra, nos reunimos en el exterior, nos cogimos de la mano y nos alejamos caminando. Desde el interior del local nos alcanzaban todavía las notas de la música de regaetton que no habían cesado de atormentarnos.
"Tú me dejaste caer
pero ella me levantó"
A través de los cristales del balcón en mi apartamento de la playa, la luz de la luna hacía tiempo que había dejado de filtrarse y ahora en el cielo pegado al horizonte se adivinaban los riachuelos rojizos del alba. En la penumbra de la habitación el cuerpo de Carla brillaba con un tenue resplandor que parecía provenir de su propio interior. Era como si el fantasma de alguien a quien había amado hasta perder la razón se hubiera encarnado en su cuerpo flexible y delgado. Carla dormía desnuda sobre el lecho, sus pechos ascendían y descendían rítmicamente, todavía brillantes y húmedos por el calor de nuestros cuerpos después de habernos amado. La noche la sentaba bien, su silueta lucía como la escultura de una diosa.
Permanecí de pie frente al balcón, mirando el lento despertar del día, y entonces sentí que ella se movía en la cama y se despertaba de repente, como surgiendo de un sueño que la hubiera llevado a mundos muy distantes.
Pronunció mi nombre.
- Dime, cielo -contesté.
- ¿De qué color tengo los ojos?
- Castaños.
- Muy bien, veo que no te has olvidado. Ven aquí que te de un beso de premio.
Mientras me giraba para dirigirme a la cama, Carla sonrió con dulzura. Si hubiera podido ver con claridad sus ojos, habría observado que por un segundo destellaban con un fulgor de intenso color azul oscuro ─como un mar de invierno, como el cielo instantes antes del amanecer─, para, de inmediato, recobrar sus tonos castaños.
Todo regresa, con una u otra forma. En esta vida o en otras vidas posibles que a veces vislumbramos como sueños.
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Todo regresa, de una u otra forma, en esa u otra vida, si, tienes razón, en ocasiones sentimos que conocemos a alguien de mucho antes u otro lugar, la sensación de bienestar que te provoca es agradable, el dejarme llevar, no, hasta ahorita no he podido y me agrada tu relato,es lindo, tierno.
ResponderEliminarEntre la realidad y los sueños se forman historias increíbles.
Besos Intimista, buen fin de semana
Mi querido JM y Tío , porfavor pasen a mi blogg ... Cumplo años :)
ResponderEliminarPara todas tus lectoras si gustan pasar hay pastelitos muy ricos que prepare con mucho cariño
Besos y mas besos
La vida que nos devuelve algo de lo que nos quitó, en ocasiones ocurre JM, y debemos aprovechar la ocasión.
ResponderEliminarNo te olvides de sus ojos.
Siente su cuerpo y su calor.
Te mereces poder disfrutar de su compañía, sonríe y vive Inti querido.
Un enorme abrazo!!
PD.Preciosa su fotografía!
Sí,todo vuelve y que suerte has tenido de poder disfrutar de ese regreso.
ResponderEliminarMuy buena entrada!!!!
cariños....
JM,
ResponderEliminarEs el combustible ideal para un viaje maldito. El recuerdo, el viaje continuo al recuerdo.
Sólo necesitamos acomodar las caras, los ojos, las situaciones, los olores...a esos que tenemos fijados en el cerebro, en las células?.
Sólo necesitamos combustible para seguir viajando una y otra vez al mismo destino al que no llegaremos nunca por más que lo deseemos.
Todo vuelve con otra forma, pero la forma que perdimos es a veces irrecuperable, es duro.
Un beso amigo,
ana
Amamos no a quienes tenemos enfrente sino a quienes creemos que son...
ResponderEliminarUna buena entrada para meditar y disfrutar. Un besazo
Antes que nada quiero decirte que tu forma de expresar es EXCELENTE!!!.
ResponderEliminarMe quedé pensando en su insistencia en si "JM" se había fijado en el color de sus ojos.
No se, yo de quien realmente me importa, desearía que traspase lo simple y que distinga el color, que hay dentro.
Y también observe como siempre está tu comparación con quien amaras toda tu vida y la semejanza que intentas ver en otro rostro, en otros cuerpos.
Por mas que disfracemos el momento, nada ni nadie, volverá a ser el rostro, ni el cuerpo y alma de quien se amo/ama hasta los huesos.
Besote Inti.
Ame, hay que creer que algún día en alguna mirada volveremos como en un círculo a ese tiempo que pareció hecho para amar. Besos.
ResponderEliminarPatus, mi tío se acostó ayer más contento que nada después de tomarse varias copitas a tu salud. Lo peor es cuando se pone a cantar. Espero que disfrutaras mucho de tu cumple. Un montón de besos.
Estrella, a veces veo un gesto, me cruzo con una mirada, leo una frase en un blog, tengo un sueño, no sé, lo más inesperado me devuelve de pronto emociones que creía perdidas. Tienes razón, hay que vivir, hay que buscar, hay que entregarse. Y, luego, pasan cosas mágicas... en ocasiones.
Besitos.
Oriana, sé que puedo engañarme, sé que puedo creer en lo que no existe, en lo que ya es imposible... pero así es como siento, aunque sean sueños.
Besos.
Ana, esa obsesión es un deseo oscuro, condenado, porque nos dicen que no somos más que átomos que se agrupan en un instante llamado vida y luego se vuelven a disolver para alimentar el hambre de la nada. Lo sé. Pero la mente hace vivir todo lo que imagina con suficiente fuerza. Besos grandes, amiga mía.
ResponderEliminarPepi B, sí, de alguna forma lo que hacemos es buscar espejos... espejos de nosotros o de un pasado irrecuperable. Me alegra mucho verte por aquí. Besos.
Respi, como siempre sabes buscar debajo de la alfombra de mis palabras. Es verdad que la insistencia en que recordase el color de sus ojos tiene esa lectura: es la de una persona viva que está ahí a tu lado y que quiere seguir acompañándote, y esa persona quiere que uno tenga muy claro que no es un sueño ni otra persona del pasado. La vida sigue y empuja con fuerza. Mil besos.
No debemos Inti dejar pasar ninguna ocasión que nos brinde la vida,y de seguro que nos devuelve tarde o temprano lo ansiado...Me alegro Inti, buena entrada esta.Un abrazo que pases un buen domingo.
ResponderEliminarComo siempre , por un momento, me has transportado a tú hístoria.Me encanta leerte.
ResponderEliminarBUEN FIN DE SEMANA, INTI,
Huy que romántico encuentro, me encandiló. Me suena tu historia, será que la soñé o que ya la habías soñado tú…
ResponderEliminarEn medio de esa oscuridad, en esa esquina donde los ojos de los demás no alcanzaban me encantó comprobar la buena vista que tienes para ver unas piernas bonitas y sin embargo no apreciar el color de los ojos (bromita, no te enfades).
Todo vuelve… es posible, de una manera o de otra, pero hasta entonces es mejor intentar vivir el pedazo de vida que nos ha tocado de espera…
Esos ojos color azul oscuro también te echan de menos porque en ocasiones vuelven a ti.
Besitos.
Carmen, guapísima, haré lo posible por seguir tus consejos, tienes mucha razón, y cuando esté un poco "depre" me pasearé entre tus versos, que reflejan siempre tanta fuerza, tanta belleza, tantas ganas de vivir. Que empieces muy bien la semana. Besicos.
ResponderEliminarCampoazul, hay momentos andando sobre el filo del camino en que la frontera entre el sueño y la realidad están cercanos. Momentos que se viven como "anomalías". Y además hay personas que tienen la sensación de haber conocido ya una situación, de que se vive la misma escena muchas veces. No digo que no a esas cuestiones, sobre todo a escenas que tienden a repetirse sin que uno intervenga de forma voluntaria. Los relatos que aquí aparecen están basados en mis vivencias. El relato de esta última entrada está basado en una de esas "escenas" vividas justo hace una semana en una boda; todo ello, mezclado, sazonado, adornado, con brochazos de ficción pura, pero los hechos que me inspiran quedan ahí.
Besitos.
Luz, gracias por acercarte por aquí y dejarme tus palabras, me da mucha alegría. Buen comienzo de semana y muchos besos.
Nossos sonhos são produtos de uma realidade não comum (de outras vidas) portanto, podemos transformá-lo em realidade "nesta" as lembranças em diversas formas.
ResponderEliminarEstive ausente por motivos sérios, mas com muita saudade de saborear e ler os teus contos.
Beijos meus
Que buena historia, divertida, creativa, dulce, me encantó pasar por aqui.
ResponderEliminarpor cierto...que canciones tan feas las que mencionas jajaja, pero infaltables en las bodas jajaja, seguramente se perdieron el carnaval carioca, pero valió la pena!
Un gusto y cariños.
Guímel, te echaba de menos y echaba de menos tus palabras sobre los mundos invisibles que nos rodean. Espero de verdad que te encuentres totalmente restablecida. Besos con todo mi cariño.
ResponderEliminarAdri, me alegra mucho saber de ti, espero que todo vaya un poquito mejor. Tienes mucha razón con esa música, nada que ver con el baile carioca, desde luego.
Hay noches magicas en las que los sueños regresan convertidos en dulces momentos de realidad.
ResponderEliminarUn relato nostalgico y lleno de esperanza.
Besos.
Lunna.
Sí, todo regresa, la vida es un vaivén de emociones, incluso los sueños pueden formar parte de la vida si los intentamos hacer realidad.-
ResponderEliminarUn beso.
Inti,echaba de menos tus entradas tan llenas de intriga.
ResponderEliminarSabes que la conoces y mucho ,aunque no quieras reconocerlo.
Besos siempre.
JM , Hay noches magicas, si las hay, tengo mucho de no pasar una noche así
ResponderEliminar( Magica ) ojala que todo vuelva si no es en esta vida será en la otra :)
Besos y un millon de garacia por estar en mi cumple ..
Tio!! te dejo besos y ya vez nuestro querido JM paso una noche magica de esas noches maravillosas que todos deseamos ... Los quiero
Las cosas pueden regresar, algunas, si quewremos
ResponderEliminarFue una noche magica, sin importar nada....
quede intrigada
Un abrazo
Inti....me encanta cuando escribes de tu realidad....de tu verdad.......Leer tu entrada me ha echo recordar la magia de algunos encuentros...Esta claro q tu finde la ha tenido.....Me encanta y espero q sigas comprando en el mismo super...mil besos....
ResponderEliminarCarpe diem
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ResponderEliminarMe ha encantado como lo has relatado.
ResponderEliminarUn precioso final para un inicio incierto.
Besos susurrados